Hemos leído un testimonio de Ismael León, en el interesante Hildebrandt en sus trece. Nos dice que hace 37 años, una docente y sus alumnos, en Huancayo, construían conocimiento desde la cotidianidad del aula. Tiempos después, continúa, se informó que la profesora aplicaba el modelo constructivista. La deducción del señor León no coincide con la verdad histórica.
El constructivismo fue inducido en los 90s y se le presentó como la colina del aprendizaje eficiente, aunque era obvio que su aplicación fue complementaria a la imposición de un modelo económico mafioso y depredador.
El gurú del FMI, Milton Friedman (1912-2006) redactó cartas de intención para que los gobiernos redujeran el gasto fiscal; el régimen de Fujimori lo aplicó y pretendió privatizar la escuela pública. No lo logró por la tenaz oposición del SUTEP.
La nota del señor León pretende golpear al gremio porque sus dirigentes y afiliados, según él, no se interesan en el tema pedagógico, si lo hacen ahora es por maniobra y por cálculo. Alucinándose un Napoleón, lanza su grito de combate: “Hay que parar al SUTEP”.
No es éste el único cónclave pedagógico del gremio. En 1974, en los ambientes de la Universidad Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta , se realizó el Primer Congreso Pedagógico. En él, por primera vez los maestros, desde una perspectiva mariateguista, debatieron los temas de la educación e hicieron una valoración a la reforma educativa, que impulsó el general Velasco.
Esa valoración estuvo marcada de ideologismo y no rescató los aspectos positivos de la reforma, mas, si hay que ser objetivos diremos, que pesó más la actitud autoritaria del gobierno, que persiguió, subrogó, encarceló y asesinó a líderes y activistas del SUTEP. Balance sí, pero para ambos lados.
La derrota de los militares tuvo en el SUTEP a una de sus protagonistas, sino ¿cómo así el ministro de educación del gobierno segundo del arquitecto Belaunde, Luis Felipe Alarco, llamó a los maestros “paladines de la lucha por la democracia”?
El segundo congreso aconteció en el 2001. Se analizó la reforma educativa neoliberal. Sus mentores, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, hicieron malabares para mediatizar a Lev Vygotsky, el psicólogo y lingüista ruso, que en la década del 30 dijo que el marxismo lo concebía como un método de investigación, no como un dogma. El neoliberalismo lo manipuló, al extremo que sus intelectuales hicieron un coctel teórico llamado constructivismo y que ensamblaba el pensamiento de Vygotsky, Piaget y Ausubel. Al primero le extirparon su pensamiento y caricaturizaron su método. No se sonrojaron los expertos del Ministerio de Educación cuando los maestros del SUTEP advirtieron la utilización grosera de un científico marxista, justo cuando Fukuyama vendía su tesis del “fin de la historia”. Lo más probable es que los expertos nacionales no supieran, y no sepan hasta ahora, cuál fue la formación del genio creador de las zonas de desarrollo y del aprendizaje histórico cultural. Por cierto, el señor Ismael León, tampoco lo sabe.
El III Congreso Pedagógico, que acaba de concluir, ha hecho un diagnóstico descarnado de la realidad educativa, ha señalado los lineamientos del proyecto nacional de educación y ha formulado una propuesta de modelo pedagógico y de currículo.
Decir que la educación está en crisis es afirmar una verdad de Perogrullo y “argumentar” que los docentes son los responsables es ingenuidad o mala fe. Más aún, excluir de responsabilidad al régimen de turno es darle impunidad a los autores de más de un delito: reducción sistemática del porcentaje del PBI al sector, desaparición de las ayudas económicas solidarias de la comunidad internacional a las escuelas afectadas por los desastres naturales, sueldos míseros, estafa al Consejo Nacional de Educación y al país en el tema del Proyecto Nacional de Educación, evaluación sesgada y unilateral, que no mide desempeños en el aula como lo recomiendan los expertos, libres de cualquier influencia marxista, como Cardó y Rivero del Consejo Nacional y como se hace en otras latitudes (Finlandia, Suiza, Chile)
El SUTEP ha sido el contestatario perpetuo. Ahora se propone atender de manera sostenida el ámbito pedagógico. Les corresponde, no solo porque es su medio natural, sino porque su concurso será decisivo para sacar a la educación pública del atolladero al que la han conducido los grupos de poder transnacional, contando con la incondicionalidad de los gobiernos.
¿Ismael León está desinformado?, ¿es un neoliberal contumaz?, ¿es devoto de dos altares?, ¿lo obnubilan sus prejuicios? En el primer caso hay remedio; en el segundo y el tercero, el cáncer es terminal; en el último, puede revertir su enfermedad.
El enemigo del país es el modelo salvaje y sus mafias cleptómanas. A ambos hay que pararlos y derrotarlos.
Que no se dude, los maestros contribuiremos a ello.
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