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miércoles, 17 de octubre de 2012

MITOS DE LA CRISIS DE LOS MISILES

NIKITA JRUSHCHEV

LA HABANA (AP) — En octubre de 1962, el mundo se vio al borde de un escenario apocalíptico durante 13 días, cuando el presidente estadounidense John F. Kennedy trazó un límite simbólico en el Atlántico y advirtió de graves consecuencias si el entonces primer ministro soviético Nikita Jrushchev se atrevía a rebasarlo.

Un avión espía estadounidense U-2, que sobrevoló Cuba, había tomado fotografías de sitios donde se emplazaban misiles balísticos soviéticos que podían llevar ojivas nucleares a Estados Unidos, apenas a 144 kilómetros (90 millas). Fue el momento más tenso de la Guerra Fría, y muchos temieron una guerra nuclear que habría aniquilado a la civilización.

Barcos soviéticos que portaban equipo nuclear se acercaron a la zona de "cuarentena" alrededor de Cuba, pero dieron marcha atrás antes de cruzar la línea imaginaria.

"Nos estamos mirando a los ojos, y creo que el otro acaba de parpadear", dijo el secretario norteamericano de Estado, Dean Rusk, en una frase que se volvió famosa y que representó un aforismo de la crisis.

En las cinco décadas transcurridas desde aquel amago nuclear entre Washington y Moscú, buena parte de lo que se conocía convencionalmente sobre la crisis de los misiles se ha desmentido, incluida la creencia común en que la política arriesgada de Kennedy fue lo que primó.

En la víspera del 50mo aniversario de la crisis de los misiles en Cuba, los historiadores dicen ahora que una serie de concesiones mutuas, más que un encaramiento temerario fue lo que resolvió la tensa situación. Añaden que tanto Washington como Moscú salieron vencedores de la situación y que la crisis duró mucho más de 13 días.

Documentos divulgados, relatos orales y testimonios de los encargados de tomar las decisiones sobre la confrontación han arrojado nueva información que, según los expertos, proporciona algunas lecciones para los líderes enfrascados en crisis contemporáneas, como la que se vive en Siria, donde el presidente Bashar Assad ha hecho caso omiso a las exigencias internacionales de cesar los ataques contra los civiles durante un levantamiento que ha dejado más de 32.000 muertos.

Hay otra crisis moderna sobre Irán, acusado por Occidente de desarrollar un programa de armas nucleares. En un discurso reciente ante Naciones Unidas, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu trazó una línea roja encima de una bomba dibujada en un trozo de cartón, para dejar claro que no tolerará el que Teherán se haga de un arma atómica.

"Miren a Irán, al que suelo llamar la Crisis de los Misiles Cubanos pero en cámara lenta", dijo Graham Allison, autor de un estudio novedoso sobre la toma de decisiones de los gobiernos, "Essence of Decision: Explaining the Cuban Missile Crisis".

"Este mismo proceso sigue en la trayectoria actual e inexorable hacia una confrontación en que un presidente estadounidense tendrá que elegir entre atacar a Irán o evitar que se convierta en un Estado con armas nucleares, o bien tolerar que eso ocurra y confrontar después a un Estado con armas atómicas", dijo Allison.

"La idea de Kennedy sería, 'no hay que llegar al punto de confrontación''', especuló. "Los riesgos de una catástrofe son inmensos".

A continuación, algunas de las creencias comunes que han resultado mitos, en torno de la crisis de los misiles cubanos:

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MITO: La crisis se resolvió con un triunfo de una actitud temeraria de Estados Unidos.

REALIDAD: Los historiadores dicen que la diplomacia fue en realidad la triunfadora al resolver el conflicto posterior al 14 de octubre, cuando se descubrieron los misiles.

Kennedy se resistió a las presiones de algunos asesores, quienes lo instaron a no ceder un palmo de terreno ante Moscú y a contemplar incluso la posibilidad de un ataque preventivo. En vez de ello, se involucró en un intenso trabajo diplomático detrás de bambalinas con los soviéticos, otros países y el secretario general de ONU.

El secretario de Justicia, Robert F. Kennedy, se reunió en secreto con el embajador soviético el 27 de octubre y tuvo con él un gesto de concordia. Washington rechazaría públicamente cualquier invasión de Cuba y Jrushchev retiraría los misiles de la isla. La oferta más convincente implicó que Kennedy retiraría los misiles nucleares Jupiter de las instalaciones estadounidenses en Turquía, cerca de la frontera soviética.

Fue una promesa conocida sólo por un puñado de asesores, y no se conoció sino hasta años después.

"A medida que se ha ampliado el registro histórico, la imagen del presidente determinado ha derivado en la del presidente que determinó llegar a una solución", escribió el analista Peter Kornbluy, especializado en Cuba, en un artículo que publicó el número de Cigar Aficionado correspondiente a noviembre. Una copia del artículo fue entregada a The Associated Press por adelantado.

Empero, el mito de la temeridad persiste. En 2002, el entonces presidente George W. Bush destacó que la crisis de los misiles constituía una lección histórica sobre el triunfo de la firmeza, lo que justificaba una invasión preventiva de Irak.

"La historia más simple señala que Kennedy mantuvo una determinación de acero, enfrentó a Jrushchev hasta disuadirlo y eso fue todo", dijo Allison, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad John F. Kennedy y ex asesor de defensa en varios gobiernos demócratas y republicanos. "Si muestras la firmeza suficiente, el otro cederá eventualmente; ésa es en realidad la lección que se volvió parte de la mitología popular".

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MITO: Washington ganó y Moscú perdió.

REALIDAD: Estados Unidos sí ganó, pero también lo hizo la Unión Soviética.

Los misiles Jupiter se describen a veces como casi obsoletos, pero se les había comenzado a producir apenas unos meses antes, y tenían plena capacidad de llegar a la Unión Soviética. Su retiro, junto con las garantías de Kennedy de no invadir Cuba, dio a Jrushchev suficientes razones para creer que no quedaría avergonzado, y un día después anunció el desmantelamiento inminente de las armas de ataque en Cuba.

Poco después, se instaló una línea telefónica de comunicación directa entre el presidente de Estados Unidos y el líder ruso, y ambas naciones abrieron discusiones que llevaron al Tratado de Prohibición Limitada de los Ensayos Nucleares y después al Tratado de No Proliferación de armas atómicas.

"La lección principal es que existe la necesidad de ceder algo, incluso cuando se enfrenta una crisis como ésa", dijo Robert Pastor, profesor de relaciones internacionales en la American University y ex asesor de seguridad nacional para América Latina, durante el mandato de Jimmy Carter.

Pastor dijo que sostuvo muchas discusiones sobre la crisis de misiles al paso de los años, con su suegro Robert McNamara, ya fallecido, quien fue secretario de la defensa de Kennedy. Pastor dijo que la política interna dificultó que Kennedy y los presidentes posteriores atendieran esa lección, como lo muestran los intentos que hizo el mandatario por mantener en secreto el acuerdo con Moscú.

Por ejemplo, el presidente Barack Obama enfrenta presiones considerables para mantener una postura intransigente hacia Cuba. Entre las discrepancias binacionales figura el embargo económico, las exigencias de un cambio político, un subcontratista del gobierno estadounidense encarcelado en la isla por presunto espionaje y cinco agentes cubanos de inteligencia que purgan largas condenas en Estados Unidos.

"Miren ahora las relaciones entre Estados Unidos y Cuba", dijo Pastor. "No pienso que Obama considere siquiera concesiones, porque es muy grande la presión sobre él, que le reprocharía, 'cediste ante los cubanos'''.

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MITO: Fue una confrontación en alta mar.

REALIDAD: Es cierto que la crisis de los misiles pasó por muchos momentos tensos. El 27 de octubre, un buque de guerra estadounidense soltó cargas explosivas hacia un submarino soviético que portaba armas nucleares, y los soviéticos derribaron un avión espía U-2 sobre territorio cubano. Fue "el día más oscuro y peligroso de la crisis", consideró Kornbluh.

Pero el 22 de octubre, Kennedy anunció la cuarentena naval de Estados Unidos alrededor de la isla para impedir la llegada de más equipo militar. Jrushchev ordenó el regreso de los barcos que transportaban equipo nuclear al día siguiente, de acuerdo con el libro "One Minute to Midnight", de Michael Dobbs. Esa publicación de 2008 se basó en documentos soviéticos a los que se tuvo acceso reciente.

Así, el 24 de octubre, cuando el secretario de Estado Rusk hizo su famosa declaración en la que supuestamente reaccionaba a datos de inteligencia actualizados, los barcos estaban ya a cientos de kilómetros y con destino a su país.

"Nunca ocurrió eso de que se miraran a los ojos", dijo Kornbluh, analista del National Security Archive sobre Cuba. Esa organización ha trabajado durante décadas en busca de la revelación de documentos sobre la crisis de los misiles. "Esa confrontación nunca ocurrió".

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MITO: Fue un éxito de las investigaciones de la CIA.

Realidad: Además de enterarse un día después del regreso de los buques soviéticos, la CIA se perdió de varios hechos clave que hubieran ayudado a que Kennedy y sus asesores manejaran mejor la crisis.

La CIA se enteró tarde de la presencia de los misiles balísticos en Cuba, que estaban ya en operación para cuando se informó a Kennedy de su existencia.

La agencia tampoco estuvo al tanto de otros misiles nucleares tácticos en Cuba, que podrían haberse emplazado para contrarrestar un ataque estadounidense. Los soviéticos habían colocado incluso misiles con ojivas nucleares en un risco cercano a la base naval estadounidense en Guantánamo, como preparativo para una invasión.

"Iban a pulverizar la base", dijo Kornbluh.

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MITO: La crisis duró sólo 13 días.

REALIDAD: Este mito se ha perpetuado en parte por el título de las memorias póstumas de Robert F. Kennedy, "Thirteen Days" (Trece Días), así como por la película del mismo nombre, que estelarizó Kevin Costner en 2000.

De hecho, transcurrieron 13 días desde el 16 de octubre, cuando se informó a Kennedy sobre los misiles, hasta el 28 de ese mes, fecha en que los soviéticos anunciaron su retirada.

Pero la "Crisis de octubre", como se conoce en Cuba, se prolongó por aproximadamente otro mes de tensión, en lo que Kornbluh ha llamado la "Extensión de noviembre", cuando Washington y Moscú discutieron los detalles de cuáles armas exactamente serían retiradas.

La Unión Soviética tuvo también problemas para lidiar con Fidel Castro, de acuerdo con un documento del país europeo, revelado este mes por Svetlana Savranskaya, analista del National Security Archive para Rusia.

El viceprimer ministro Anastas Mikoyan Mikoyan viajó a Cuba el 2 de noviembre y pasó 20 días en tensas conversaciones con el presidente cubano, quien estaba disgustado por el hecho de que los soviéticos hubieran alcanzado un acuerdo sin consultarlo. Castro insistió sin éxito en mantener las armas nucleares tácticas de las que Estados Unidos no tenía conocimiento.

martes, 16 de octubre de 2012

50 AÑOS DESPUÉS DE LA CRISIS DE LOS MISILES

15 Octubre 2012

A medio siglo de la crisis de los misiles
A medio siglo de la crisis de los misiles

La capital cubana acogerá esta semana un taller científico para debatir sobre la llamada crisis de los misiles, un suceso que medio siglo después sigue en la atención internacional.
Convocados por la Academia de la Historia de Cuba, estudiosos y protagonistas de los hechos abordarán episodios que tuvieron en octubre de 1962 al mundo cerca del holocausto nuclear, cuando en pleno apogeo de la Guerra Fría se enfrentaban las dos superpotencias de la época, la Unión Soviética y Estados Unidos.
Según adelantos al diario Granma del Comité Organizador de la cita, hombres y mujeres contarán sus vivencias de cómo ayudaron a evitar aquel posible desastre y cómo el pueblo cubano se movilizó en defensa de su soberanía.
El programa del taller sobre la también llamada Crisis de octubre o del Caribe incluye paneles y espacios de reflexión sobre la hostilidad de Washington hacia la Revolución cubana, además de muestras de objetos y documentos donados por los protagonistas del suceso.
Las amenazas de agresión del gobierno estadounidense a la naciente Revolución llevaron al emplazamiento de cohetes soviéticos en territorio cubano, a lo cual la Casa Blanca respondió con un bloqueo naval y planes de intervención militar.

La capital cubana acogerá la próxima semana un taller científico para debatir sobre la llamada crisis de los misiles, un suceso que medio siglo después sigue en la atención internacional. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
La capital cubana acogerá esta semana un taller científico para debatir sobre la llamada crisis de los misiles, un suceso que medio siglo después sigue en la atención internacional. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate

sábado, 13 de octubre de 2012

700 MIL DOLARES COSTABA PARA LA CIA LA CABEZA DE FIDEL CASTRO RUS


Ernesto Guevara y Fidel Castro

¿Cuánto cuesta asesinar a los Castro o al Che? Un paquete de 2.700 documentos, telegramas y garabatos del fiscal general por la CIA, responde que se necesita un millón de dólares, cubanos exilados y hombres de la mafia.
Uno de los documentos del fiscal revela que en 1964 la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. planeaba otro intento de asesinato de Castro. Con este objetivo mantuvo conversaciones con representantes de la mafia y “exiliados patrióticos de Cuba”.
Para acabar con el comunismo en Cuba y personalmente con el poder de Castro, el Gobierno estadounidense estaba dispuesto a pagar 150.000 dólares, un millón de dólares de hoy en día.
La vida de Fidel Castro fue así valorada en 100.000 dólares (más de 700.000 ahora). Por la de su hermano Raúl los gánsteres y exiliados pidieron 20.000 dólares (150.000) y la misma cantidad costaba la vida de Ernesto 'Che' Guevara. Además, los estadounidenses podían proporcionar 2.500 dólares más para gastos.
Fidel Castro tiene el récord Guinness en intentos de asesinatos, perpetrados principalmente por los servicios de espionaje estadounidense.
Los analistas estiman que la vida del líder cubano ha estado amenazada en más de 630 ocasiones. Los medios para asesinarlo varían desde cigarros hasta explosivos en una pelota de béisbol y ataques de francotiradores. Ninguno alcanzó su objetivo.
Acciones de la CIA contra Cuba. Hechos que se perpetraron, financiaron y apoyaron desde Estados Unidos, para lograr el derrocamiento de la Revolución Cubana. En estos actos terroristas perdieron la vida un gran número de personas.

La CIA contra Cuba

El 23 de diciembre de 1958 el jefe de la CIA, Allen Dulles, ante el inminente triunfo del Ejército Rebelde en Cuba, fue categórico al intervenir en una reunión sui generis del estadounidense Consejo de Seguridad Nacional encabezada por el presidente Dwinght D. Einsenhower. "Debemos impedir la victoria de Castro", manifestó enfático el responsable del servicio de inteligencia. Setenta y dos horas después, el propio mandatario norteamericano revelaba que ya existían "operaciones encubiertas" contra las fuerzas revolucionarias cubanas.
No era una actitud sin antecedentes. Washington ofreció su total respaldo al dictador Fulgencio Batista hasta sus últimos minutos, y cuando se produjo el holocausto, recibió con los brazos abiertos a torturadores, funcionarios venales, matarifes y altos personajes del depuesto régimen.
Para el 2 de febrero de 1959, apenas un mes después del éxito de las armas rebeldes, era detenido en Cuba el ciudadano estadounidense Allen Robert Mayer, llegado ilegalmente en una avioneta con el propósito de asesinar al Comandante en Jefe, Fidel Castro. Según el inspector general de la CIA, Lyman Kirkpatrick, las operaciones encubiertas de Estados Unidos contra La Habana comenzaron de lleno en el verano de aquel año, una vez suscrita la primera Ley de Reforma Agraria por el Gobierno Revolucionario. La cadena sería desde entonces indetenible.

1960

El 17 de marzo de 1960 fue aprobado formalmente por el presidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, un plan que había comenzado a elaborar la Agencia Central de Inteligencia ([[CIA]]) desde agosto de 1959. Algunas de sus más importantes tareas se habían ejecutado desde octubre de 1959, con el bombardeo de centrales azucareros y plantaciones cañeras, para impedir la obtención de divisas para Cuba. O como sucediera a inicios de marzo de 1960, con el sabotaje al buque francés La Coubre, para que el país no dispusiese de armas con qué defenderse de lo que se tramaba en su contra.
Para arrojar del poder a la Revolución Cubana, contaron con la ayuda del tirano dominicano Rafael Leonidas Trujillo. El Comité 5412, del Consejo de Seguridad Nacional, encargado de asesorar al presidente de Estados Unidos, en la evaluación de las acciones encubiertas en el exterior, sostuvo una última y definitiva sesión, el 14 de marzo de 1960.
Según el inspector general de la CIA, Lyman Kirkpatrick, la adopción oficial del proyecto por el gobierno de Estados Unidos ocurrió tres días después, cuando el presidente Dwight D. Eisenhower, aprobó el documento de la agencia titulado: Programa de acción encubierta contra el régimen de Castro. Dicho plan había comenzado a elaborarse por la CIA, desde agosto de 1959.
El 18 de enero de 1960 la CIA creó el nuevo órgano WH-4, para llevarlo ejecutar el plan; y encargó para que lo dirigiera el entonces jefe de la estación de la CIA en Caracas, Jacob Esterlina. Este hombre, en 1954 había participado activamente en el derrocamiento del presidente guatemalteco Jacob Arbenz.

Total de acciones realizadas

Informes de entonces indican que entre septiembre y diciembre de 1960 se realizaron 50 violaciones aéreas solo en La Habana para lanzar bombas contra objetivos económicos y sociales o esparcir propaganda enemiga. Mientras, se provocaron incendios en la emisora radial CMQ y las tiendas La Época y Flogar, en pleno centro de la ciudad.
Se colocaron bombas en la Universidad de La Habana y la Nobel Academy; fósforo vivo en los cines Cándido, de Marianao, y el teatro Riesgo, de Pinar del Río, en medio de funciones infantiles. Afectaciones del servicio eléctrico, fuegos en otros centros comerciales, destrucción de almacenes y la quema total de la tienda por departamentos El Encanto, que provocó la muerte a la trabajadora Fe del Valle, marcaron además los días, semanas y meses subsiguientes.

1961 La gran derrota militar

La segunda quincena de abril de 1961 sería testigo de los bombardeos aéreos contra los aeropuertos militares cubanos como preludio de la invasión mercenaria por Playa Girón. La Revolución enfrentó una candente prueba de la que salió victoriosa en apenas 72 horas de intensos combates y al costo de 176 de sus defensores, que no dieron tregua al enemigo.
Jhon F. Kennedy

El Gobierno de John F. Kennedy, que había heredado la operación de la época Eisenhower, y que inicialmente negó toda responsabilidad en el ataque, aunque no ocultaba "su admiración por los patriotas cubanos" que agredían a su propia patria, terminó por admitir sus culpas luego de la aplastante derrota. Un comunicado de la Casa Blanca dijo entonces que "el Presidente asume la responsabilidad de los acontecimientos de los últimos días".
Paralelamente, desde el propio 1959, en las principales zonas montañosas del país, fomentó la CIA el bandidísimo como otra alternativa para enfrentar al poder revolucionario. La ilegal Base Naval de Guantánamo, devenida hoy centro de detención y tortura de pretendidos "combatientes enemigos", fue otro de los puntos desde donde partieron infinidad de agresiones contra Cuba.

1962

La derrota de la invasión mercenaria por Playa Girón debía ser vengada, y la CIA se apresuró a poner en marcha en enero de 1962 la titulada Operación Mangosta, fomentada con todos los recursos agresivos desde la Estación JM-Wave, la más grande creada por la Agencia, y con sede en Miami.
Los brazos ejecutores eran los grupos contrarrevolucionarios de origen cubano radicados en La Florida, a cuya disposición se pusieron pertrechos, naves aéreas, marítimas y todo tipo de entrenamiento, así como apoyo logístico y profesional.
En los pantanosos cayos floridanos se entrenaban los comandos en técnicas de supervivencia, demolición y uso de diferentes armas. Una gran fábrica de terroristas quedaba establecida bajo el control y el financiamiento de los cuerpos norteamericanos de seguridad. De hecho, luego de la disolución de la JW-Wave, sus viejos servidores siguieron su propio camino criminal con la total anuencia de los ocupantes de la Casa Blanca.

De 1963-1971

La Operación Mangosta fue oficialmente cerrada por John F. Kennedy a inicios de 1963, luego de la Crisis de los Misiles de octubre del año anterior. No obstante resultó brutal el balance de sus acciones. En el lapso de unos 12 a 14 meses se produjeron cinco mil 780 acciones terroristas contra Cuba, de ellas 716 sabotajes de graves consecuencias en instalaciones económicas esenciales.
Sin embargo, al final nada cambió el tono de la agresión permanente de Washington contra el pueblo cubano. Los actos criminales continuaron golpeando a la nación en los años subsiguientes con el hundimiento de barcos pesqueros, el secuestro de trabajadores del mar, ametrallamiento y cañoneo de buques mercantes, atentados contra las Minas de Matahambre, en Pinar del Río; ataque con lanchas piratas contra la planta de sulfometales Cubanitro en noviembre de 1966 y agosto de 1968, el desvío forzoso de aviones comerciales y su aterrizaje en suelo norteamericano, agresiones a sedes diplomáticas y comerciales de la Isla en el exterior, desembarco de grupos armados y ametrallamiento de caseríos costeros como el de Boca de Samá, el 12 de octubre de 1971, en la zona de Banes, que produjo la muerte de dos adultos y heridas y mutilaciones a dos niños.
En diciembre de aquel año, y como prueba fehaciente de la mano de la CIA en los planes anticubanos, fueron capturados cerca de las costas cubanas, los buques norteamericanos Layla Express y Johnny Express, destinados por la Agencia a desembarcar grupos de asalto, armas y explosivos.

Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU)

En junio de 1976 los servicios norteamericanos de inteligencia dieron un paso en extremo agresivo al promover la fusión de cinco grupos terroristas en la llamada Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), con la inclusión de personajes de la catadura de Orlando Bosch y Luis Posada Carriles. Apenas dos meses después la prensa contrarrevolucionaria, luego de atentados dinamiteros contra la embajada de Cuba en Colombia y una oficina de Air Panamá vinculada a la Isla, publicaba la nueva intención de aquel engendro: "Muy pronto atacaremos aeronaves en vuelo".
El 9 de julio de 1976, en el aeropuerto de [[Kingston, [[Jamaica, explotó una bomba colocada en el equipaje que debía ser trasladado a una nave de la aerolínea Cubana de Aviación. Un casual retraso en el vuelo evitó la destrucción en el aire del avión comercial.
Sin embargo, el 6 de octubre, y a instancias de Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, frente a las costas de Barbados, 73 personas perecían cuando el aparato CUT- 1201 estallaba en plena trepada a cuenta de sendas bombas colocadas en diversos puntos del aparato por los mercenarios venezolanos Freddy Lugo y Hernán Ricardo.
Los planes que desembocaron en tamaño crimen fueron conocidos con antelación por Washington, que permaneció con los brazos cruzados. Los principales implicados lograron evadir la justicia con el apoyo de la CIA y la Fundación Nacional Cubano Americana.
De aquellos días dijo el connotado terrorista Guillermo Novo Sampol en entrevista concedida a la prensa: "Cuando mueren pilotos cubanos, diplomáticos o miembros de sus familias a mí no me causa pena, la muerte de estas personas siempre me alegra".
La ola de atentados prosiguió durante esta etapa, y tuvo un particular acento en los ataques contra entidades cubanas en el exterior, desde oficinas comerciales y turísticas, hasta sedes diplomáticas y dependencias extranjeras con vínculos con La Habana.
El 30 de junio de 1997 un fuego provocado destruyó el teatro Amadeo Roldán, en La Habana, y el 8 de mayo de 1980, manos asesinas incendiaron un edificio de diez plantas en el municipio capitalino de Marianao donde radicaba el Círculo infantil Le Van Tam, con 570 niños y trabajadores en sus dependencias, que fueron rescatados por una espontánea movilización popular.

Fundación Nacional Cubano Americana

Desde finales de 1993 la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) se dedicaba con afán al reclutamiento de mercenarios para llevar a cabo acciones terroristas en dependencias económicas del país, y esencialmente en el floreciente sector turístico nacional. Desde El Salvador, Luis Posada Carriles se convirtió en el gran ejecutor del plan.
El 11 de marzo de 1994 es ametrallado desde el mar el hotel Guitart-Cayo Coco, y en marzo de 1995 son apresados en el aeropuerto de La Habana los ciudadanos norteamericanos de origen cubano Santos Armado Martínez y José Enrique, que habían colocado una carga explosiva de C-4, detectada y desactivada, en un hotel de Varadero. Los agentes habían sido pagados por Ángel Bonet, Guillermo Novo Sampoll y Arnaldo Monzón, todos de la FNCA.
El 12 de abril de 1997 estalló otra carga de C-4 en los baños de la discoteca Aché, del hotel Meliá Cohíba, y el día 30 fueron descubiertos nuevos explosivos en esa última instalación turística.
Reclutado por Posada Carriles, el mercenario salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León hizo estallar sendas bombas en los hoteles Capri y Nacional en agosto de aquel año, y Copacabana, Chateau, Tritón y el restaurante La Bodeguita del Medio en los primeros días de septiembre. Uno de esos artefactos asesinó al joven turista italiano Fabio di Celmo, quien, según declaraciones públicas del propio Luis Posada Carriles, "estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado", y cuya muerte no le evitaba "dormir como un bebé".
En esa etapa fueron detenidos en la terminal aérea habanera cerca de una decena de "turistas" llegados con explosivos disimulados para atacar la industria nacional del ocio, y el 10 de junio de 1998 se produjo el apresamiento de otro salvadoreño, Otto René Rodríguez Llerena, también pagado por Posada Carriles, para destruir con C-4 el Memorial Ernesto Che Guevara, en Santa Clara; la Plaza Antonio Maceo, de Santiago de Cuba; el Museo de la Revolución y el Memorial Granma, ambos en la capital.

Guerra biológica

El 18 de enero de l962 la CIA presentó las 32 tareas que conformaron la base de la Operación Mangosta. En el acápite número 21 se especificaba: "La Agencia someterá el 15 de febrero un plan para provocar fracasos en las cosechas alimentarias en Cuba". ¿Declaración de la guerra biológica? Todo indica que sí.
Ese mismo año apareció en Pinar del Río, La Habana, Matanzas y Oriente, la enfermedad llamada newcastle, que provocó el sacrificio de más de un millón de aves de corral, y para 1971 se manifestó el primer brote de fiebre porcina, que obligó a la eliminación de 500 mil cerdos, y que llegó a suelo cubano desde la base norteamericana de Fort Gullick, radicada en el Canal de Panamá.
En los meses y años subsiguientes habría que enfrentar la irrupción de la roya de la caña de azúcar, el moho azul del tabaco, enfermedades en el ganado bovino, la (Sigatoka negra del plátano), el pulgón negro del cítrico, la hemorragia viral del conejo, la broca del café, la varroasis de la abeja, la úlcera de la trucha, el ácaro del arroz (plaga de origen asiático nunca detectada en este hemisferio), y el Trihps palmi de la papa, cuyo introducción estuvo a cargo de una avioneta norteamericana que el 23 de octubre de 1996 cruzó el corredor aéreo internacional Girón, sobre la provincia de Matanzas.
Pero la inoculación de enfermedades no se limitó a plantaciones ni rebaños. Washington atentó además muy directo contra la salud y la vida de los cubanos. En 1981 una epidemia de Dengue hemorrágico de alta virulencia causó la muerte a 158 personas, entre ellas 101 niños. Ensayos de laboratorio demostraron que las cepas diseminadas en Cuba distaban genéticamente de las que circulaban entonces en otras naciones del Caribe, lo que induce a pensar en su manipulación artificial en entidades norteamericanas.
Por otra parte, los tres focos iniciales de infectación radicaban apenas unos pocos kilómetros de dos de los tres corredores aéreos internacionales que cruzan el país. Más de 344 mil cubanos enfermaron entonces, y fue el desarrollo científico y médico impulsado por la Revolución el que pudo contener la pandemia de manera efectiva.
Ese mismo año se reportó el brote de la conjuntivitis hemorrágica, producida por el agente patógeno enterovirus 70 que, según la Oficina Panamericana de la Salud, nunca había estado presente en esta región del planeta. Algo similar discurrió con el estallido de disentería ocurrido por las mismas fechas en el territorio de Guantánamo, cerca de la base naval estadounidense, y que mató a 18 niños cubanos.

Títeres de la CIA

La creación del frente político interno pretendía hacer creer que las agresiones contra Cuba, que de inmediato se multiplicarían, era un asunto entre cubanos. Según el documento aprobado, una de las funciones básicas de aquel bloqueo o frente externo sería la de servir de cubiertas, para otras compartimentadas acciones de la CIA.
El 20 de junio de 1960, en el hotel Comodoro de Nueva York, fue presentado públicamente el autotitulado Frente Revolucionario Democrático (FRD), embrión de la actual mafia terrorista con sede en Miami.
Al referirse a los líderes del FRD, un oficial de la CIA se referiría a los líderes del de la siguiente manera: "Esos hombres no son más que títeres".
Para integrar al FRD, la CIA seleccionó a viejos representantes de la política, opuestos a la dictadura batistiana, pero temerosos de una revolución verdadera, que dirigían pequeñas organizaciones como:Triple A, de Aureliano Sánchez Arango, Agrupación Montecristi, de Justo Carrillo. Así también se seleccionaron a líderes de organizaciones contrarrevolucionarias creadas expresamente para la nueva operación subversiva como son: Rescate de Antonio Tony Varona, Movimiento Demócrata Cristiano, de José Ignacio Rasco; Movimiento de Recuperación Revolucionaria, de Manuel Artime.
A esas organizaciones, la CIA las convirtió en un aparato clandestino tanto para la recopilación de inteligencia como para la acción. Se trataba en realidad de una red interna de espionaje y acciones terroristas al servicio del gobierno de Estados Unidos, que trajo consigo la realización de centenares de sabotajes, asesinatos y otros actos terroristas en las ciudades, mientras promovía bandas de alzados en las montañas


lunes, 28 de mayo de 2012

FIDEL CASTRO SABÍA QUE JOHN F. KENNEDY IBA A SER ASESINADO EN DALLAS

Un antiguo analista de la CIA revela en un libro que el magnicida estaba fascinado con el dictador cubano, por lo que «su motivación era protegerlo»
Día 28/05/2012
Fidel Castro sabía que Kennedy iba a ser asesinado en Dallas
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Fidel Castro sabía que el presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy iba a ser asesinado el 22 de noviembre de 1963 en Dallas (Texas), según ha revelado Brian Latell, un antiguo analista de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) experto en Cuba.
Latell explica en un libro recientemente publicado, «Los secretos de Castro. La CIA y la maquinaria de inteligencia de Cuba», que un agente secreto cubano de alto rango que desertó en 1987, Florentino Aspillaga, reveló que el día del asesinato de Kennedy todos los analistas que trabajaban interceptando comunicaciones de la CIA en Florida recibieron la orden de orientar sus antenas hacia Texas.
Así pues, el régimen cubano sabía que Kennedy iba a ser tiroteado y Aspillaga llega incluso a afirmar que los servicios secretos castristas hicieron un seguimiento al asesino, Lee Harvey Oswald. La Comisión Warren, encargada de investigar el asesinato de Kennedy, en ningún momento relaciona a Oswald con Cuba, pero Latell sostiene que el magnicida estaba fascinado por la figura de Castro, por lo que «su motivación era proteger a Fidel».

Política exterior de JFK

Y Castro tenía motivos para temer por su seguridad, ya que bajo el mandato de Kennedy se aceptaba el asesinato como herramienta de política exterior, según reveló una comisión de investigación del Senado estadounidense en 1975. Las conclusiones de la comisión revelan que los intentos de asesinato de Castro comenzaron en 1960, cuando la CIA se puso en contacto con organizaciones mafiosas, deseosas de que Cuba regresara al régimen anterior. También se manejaron intentos de envenenamiento, bombas ocultas en conchas o francotiradores con fusiles de alta potencia.
El libro de Latell destaca la extraordinaria capacidad del espionaje cubano, que explicaría cómo Castro sobrevivió a todos estos planes. El antiguo analista de la CIA asegura que tras la deserción de Aspillaga, la Agencia descubrió que había subestimado al espionaje cubano. Todos los agentes secretos y agentes dobles operaba directamente bajo la dirección de Fidel Castro.

miércoles, 11 de mayo de 2011

CUBA PRESENTARÁ LIBRO SOBRE JHON F. KENNEDY

 
John F. Kennedy
El martes 17 de mayo, a las 3 de la tarde, en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), en La Habana, presentarán del libro Girón Bahía de Cochinos, el mayor error de Kennedy, del periodista Gabriel Molina, quien encabeza el Círculo de Corresponsales de Guerra.
La obra, publicada por la Editora Política, cuenta en sus 368 páginas, desde una perspectiva histórica más dilatada, la historia de la invasión de la Bahía de Cochinos. El texto fracciona en tres partes la narración y de manera cronológica comienza abordando todos los antecedentes de la invasión, desde el triunfo revolucionario hasta las operaciones contrarrevolucionarias dentro del país.
La agresión militar, en todas sus facetas, junto al rechazo a la invasión de nuestro pueblo, se esplayan en un segundo tiempo, dejando para el cierre el desenlace de toda la operación: el intercambio de prisioneros, la repercusión internacional del hecho, entre otros.
La sede de la UPEC queda en 23 esquina a I, en el Vedado, La Habana.
(Con información de la Unión de Periodistas de Cuba)

martes, 18 de enero de 2011

LA BIBLIOTECA DE JHON F. KENNEDY PUBLICA EN INTERNET ARCHIVO DEL EX PRESIDENTE

WASHINGTON (AFP) - La Biblioteca John F. Kennedy publicó en internet miles de documentos y fotografías del ex presidente estadounidense para conmemorar el 50 aniversario de su toma de posesión.
Esta colección, disponible en el sitio jfklibrary.org, es la base de datos digital más completa de un ex presidente de Estados Unidos, dijo la fundación de la Biblioteca John F. Kennedy, con sede en Boston (noreste).
"Mis padres creían que la historia es uno de nuestros más grandes maestros", afirmó en un comunicado la hija del ex presidente, Caroline Kennedy, quien develó el jueves la colección digital.

"En tiempos en que los jóvenes confían cada vez más en internet como su fuente primaria de información, esperamos que este archivo online permita a una nueva generación obtener más información acerca de este importante capítulo en la historia estadounidense", añadió.
Los documentos históricos, cartas, fotografías y películas dan cuenta del movimiento por los derechos civiles, la Guerra Fría, las relaciones con la Unión Soviética, la crisis de los misiles cubanos y el comienzo del épico viaje del hombre a la Luna.
La colección digital incluye 200.000 páginas de documentos, 300 cintas de audio de 1.245 discursos, reuniones, conversaciones telefónicas, así como 72 rollos de película y 1.500 fotos. Poco a poco, otros documentos serán digitalizados y agregados. La Biblioteca Kennedy cuenta con 8,4 millones de páginas de documentos, 400.000 fotografías y 9.000 horas de grabaciones de audio.

viernes, 24 de diciembre de 2010

ASEGURAN EN EEUU QUE JULIAN ASSANGE SERIA ASESINADO COMO JACK RUBY

24 Diciembre 2010
julian-assange-wikileaks 

Julian Assange, fundador del sitio  Wikileaks, consideró hoy que en caso de ser extraditado a  Estados Unidos tendría ”grandes posibilidades” de terminar como  Jack Ruby, el hombre que mató a Lee Harvey Oswald, el acusado de  asesinar al presidente John F. Kennedy.
El fundador de Wikileaks, de 39 años, lo declaró en una  entrevista al diario británico The Guardian, uno de los asociados al portal en la publicación de cables secretos diplomáticos  estadounidenses.
Assange recordó que su destino “está en las manos de (el  premier británico, David) Cameron”, puesto que tras ser detenido  y liberado bajo fianza en Londres espera saber si será  extraditado a Suecia, donde es acusado de delitos sexuales.
Ruby, ligado a los ambientes de la mafia estadounidenses pese  a la ausencia de pruebas sobre su vínculo con alguna familia,  asesinó a Oswald 48 horas después de la muerte de JFK, mientras  el joven ex marine era trasladado por la policía a la cárcel.
Condenado en primera instancia a la pena de muerte, Ruby  murió en el Hospital Parkland en 1967 (el mismo en el que fue  decretada la muerte de Kennedy y Oswald) por un tumor que le  había sido diagnosticado un año antes.
En diversas ocasiones, Ruby habló de un complot para “hacerlo  callar” e insinuó que la enfermedad le había sido “inoculada”.
Sin embargo, Assange subrayó que “sería políticamente imposible” para Gran Bretaña extraditarlo a Estados Unidos enfatizó que Londres tiene “el derecho de no extraditar por  crímenes políticos”.
“El espionaje es un clásico caso de crímenes políticos,  depende de la discreción del gobierno británico si aplica esta  excepción o no”, resaltó el australiano al Guardian.
El fundador de Wikileaks añadió que “hay un nuevo gobierno,  que quiere demostrar que todavía no se ha asociado a Estados  Unidos”, al argumentar que Cameron y su vicepremier, Nick Clegg,  están en una posición más fuerte para resistir un pedido de  extradición de Washington.
(Con información de ANSA)

martes, 30 de noviembre de 2010

REMATARAN ATAÚD DE LEE HARVEY OSWALD, ASESINO DE JOHN F. KENNEDY

30 Noviembre 2010
Para el adicto a las teorías de conspiración sobre el asesinato de JFK que ya lo posee todo, saldrá a remate el ataúd de Lee Harvey Oswald, pero el cuerpo no está incluido.
Una casa de subastas de Los Angeles dijo el martes que vendería el simple ataúd de pino en el que el supuesto asesino del presidente de Estados Unidos John F. Kennedy fue sepultado hace casi 20 años.
Las ofertas comenzarán en 1.000 dólares, pero se espera que el artículo reciba un gran interés de museos y coleccionistas de recuerdos presidenciales cuando sea rematado el 16 de diciembre.
“Hay mucho interés en Kennedy y cualquier cosa relacionada con su asesinato”, dijo Laura Yntema, gerente de subastas en Santa Monica para Nate D. Sanders, con base en California.
El ataúd fue desenterrado en octubre de 1981, después de una disputa legal entre la viuda de Oswald, Marina y su hermano, Robert. Marina buscó con éxito la exhumación para probar una teoría de conspiración sobre que un agente ruso de apariencia similar a la de su esposo había sido sepultado en la tumba, según la casa de subastas.
Un examen médico mostró que el cuerpo severamente descompuesto correspondía de hecho al de Oswald, y fue devuelto al Shannon Rose Hill Memorial Park en Fort Worth, Texas, en un nuevo ataúd.
El féretro original, que había sufrido graves daños por el agua, será vendido por la Funeraria Baumgardner, la firma sepulturera local que estuvo a cargo de la nueva inhumación.
(Con información de Reuters)

lunes, 22 de noviembre de 2010

EL ASESINATO DE KENNEDY, 47 AÑOS DESPUES...

22 Noviembre 2010
john-kennedy
Por Jefferson Morley
The Atlantic
Traducción al español de Luis Rumbaut y enviada especialmente por el autor de este artículo para Cubadebate
No obstante la duradera popularidad de teorías de conspiración sobre la muerte del presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre 1963, es asunto establecido dentro de la opinión generalizada que tales teorías siempre han sido la obra de excéntricos, popularizadas debido al apetito nacional por el misterio y el entretenimiento. En años recientes, este consenso se ha visto fortalecido por el libro masivo, y aclamado por la crítica, de Vincent Bugliosi, Reivindicando la Historia (Reclaiming History), junto con el programa especial en HBO de Tom Hanks.
Pero, por locas que sean las ideas que andan rodando, quedan puntos de vista alternativos, sobrios y cuidadosos, sobre el asesinato. Pudieran o no en última instancia tener razón, pero representan la continuidad de una discusión seria al respecto.
Ahora que el debate continúa más allá del 47mo aniversario de la muerte del presidente Kennedy, repasemos una lista de cinco mitos comunes acerca de la condición del debate en sí.
1. La creencia de que conspiradores secretos mataron a Kennedy fue popularizada por primera vez por la película de Oliver Stone de 1992, JFK.
La creencia popular en una conspiración estaba ampliamente arraigada a una semana del asesinato de Kennedy. Entre el 25 y el 29 de noviembre de 1963, encuestadores de la Universidad de Chicago le preguntaron a más de 1.000 estadounidenses, quién creían ellos que fuera responsable de la muerte del presidente. Para entonces, el sospechoso principal, Oswald -un izquierdista que había vivido en la Unión Soviética- estaba muerto, matado mientras estaba bajo custodia policial por Jack Ruby,  un rufián local con conexiones al crimen organizado.
La Casa Blanca, el FBI, y el departamento de policía de Dallas, todos afirmaron que Oswald había actuado solo; 62 por ciento de los consultados dijeron que pensaban que más de una persona estuvo involucrada en el asesinato. Solamente un 24 por ciento pensaba que Oswald había actuado solo. Otra encuesta tomada en Dallas la misma semana encontró que 66 por ciento creía que había habido una conspiración. En ese momento, no existían en impresos las teorías de conspiración sobre JFK. Oliver Stone estudiaba en la secundaria.
2. Todos los historiadores serios creen que Lee Harvey Oswald le disparó al presidente Kennedy solo y sin ayuda.
Desde el 2000, cinco historiadores con titularidad han publicado libros sobre el asesinato de Kennedy. Cuatro de los cinco concluyeron que una conspiración había matado al 35to presidente.
David Kaiser, un historiador de la diplomacia en la Universidad Naval de la Guerra (Naval War College) y autor de un libro de 2008, El camino a Dallas (The Road to Dallas), concluyó que Kennedy murió en un complot que involucraba a operativos descontentos de la CIA y figuras del crimen organizado. Igual hizo Michael Kurtz, de la Universidad del Sudeste de Louisiana, en su libro de 2006, Los debates sobre el asesinato de JFK (The JFK Assassination Debates).
En un libro de 2005, Abuso de confianza (Breach of Trust), Gerald McKnight de la Universidad de Hood (Hood College) sugirió que un complot de alto nivel involucrando a oficiales estadounidenses de inteligencia de rango mayor probablemente fue responsable. En su libro de 2003, La película de Zapruder (The Zapruder Film), acerca de la evidencia fotográfica, David Wrone de la Universidad de Wisconsin en Stevens Point argumentó que la famosa cinta casera del asesinato comprueba que Kennedy recibió impactos de bala desde dos diferentes direcciones. Wrone no propuso ninguna teoría acerca de quién fuese el responsable.
En su biografía de 2003, JFK: Una vida sin acabar (JFK An Unfinished Life), el historiador de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) Robert Dallek dependió del periodista Gerald Posner al avalar la historia oficial de que Oswald actuó solo.
3. Nadie de alto nivel en el gobierno estadounidense jamás pensó que hubiera una conspiración tras el asesinato de JFK.
En realidad, muchos funcionarios de alto rango concluyeron que había existido un complot, aunque raramente hablaran sobre ello sin tapujos.
El sucesor de Kennedy, Lyndon Johnson, endosó públicamente la conclusión de la Comisión Warren de que Oswald actuó a cuenta propia. En privado, LBJ le dijo a mucha gente, desde el colaborador con la revista Atlantic, Leo Janos, hasta el director de la CIA, Richard Helms, que él no creía en la explicación del pistolero solitario.
El hermano del presidente, Robert, y su viuda Jacqueline, igualmente creían que JFK fue asesinado por enemigos políticos, según los historiadores Aleksandr Fursenko y Tim Naftali. En su libro de 2009 sobre la crisis de los misiles cubanos, One Hell of a Gamble: Khrushchev, Castro, and Kennedy, 1958-1964, informaron ellos que William Walton -un amigo de la Primera Dama- fue a Moscú, en un viaje previamente calendarizado, una semana después del asesinato de JFK.  Walton llevaba un recado de RFK y de Jackie para el amigo de ambos, Georgi Bolshakov, un diplomático ruso que había servido de enlace extraoficial entre la Casa Blanca y el Kremlin durante la crisis de octubre de 1962. RFK y Jackie querían dejarle saber al liderazgo del Kremlin que “no obstante las conexiones de Oswald con el mundo comunista, los Kennedy creían que el presidente había caído a manos de opositores domésticos.”
En el Senado, los demócratas Richard Russell de Georgia y Russell Long de Louisiana ambos rechazaron los recuentos oficiales del asesinato. En la rama ejecutiva, Joseph Califano, Secretario del Ejército en 1963 y posteriormente Secretario de Salud, Educación y Bienestar, concluyó que Kennedy fue asesinado por una conspiración. En la Casa Blanca, H.R. Haldeman, jefe de personal del presidente Richard Nixon, quiso en 1969 abrir de nuevo la investigación JFK. Nixon no estaba interesado.
Las sospechas persistieron así mismo entre los altos mandos de las agencias estadounidenses de seguridad nacional. El coronel L. Fletcher Prouty, jefe de operaciones especiales en el Pentágono en 1963 (y, más adelante, asesor de Stone) creía que hubo un complot.
Winston Scott, jefe de la estación de la CIA en México cuando lo del asesinato de Kennedy, y partidario ultra-conservador de la Agencia, rechazó los fallos de la Comisión Warren sobre un viaje que Oswald se dio a México seis semanas antes del asesinato. Scott concluyó, en una memoria no publicada, que Oswald había sido usado en una conspiración.
Ninguno de estos personajes era un fantasioso paranoico. Al contrario, representaban una amplia muestra de la élite de poder estadounidense en 1963. Tampoco hablaban de una conspiración JFK para consumo público; lo conversaban sólo reservadamente y dentro de círculos cerrados.
4. El ex fiscal del Condado de Los Ángeles, Vincent Bugliosi, refutó todas las teorías de conspiración en Revindicando a la Historia.
En el transcurso de 1.600 páginas, Bugliosi efectivamente refutó muchos escenarios conspirativos infundados, y reafirmó las conclusiones del pistolero solitario de la comisión Warren. Pero nunca abordó la extensa investigación académica de escépticos de la Comisión tales como el periodista David Talbot, el historiador Kaiser, el historiador John Newman, o el biógrafo Anthony Summers; ni analizó la investigación innovadora del abogado William Simpich o la perspectiva profesional del General de la Inteligencia cubana jubilado Fabian Escalante.
Kaiser, autor de siete libros sobre la historia de EEUU, señala que el enfoque  a lo fiscal de Bugliosi limita la visión de su análisis histórico. “Recae en el viejo argumento de que ‘nadie pudo jamás haber usado a Ruby y a Oswald en una conspiración’, lo cual lo exime de la necesidad de tomar en serio ninguna de las evidencias de una conspiración”, escribe Kaiser.
5. Todos los archivos de la CIA relacionados al asesinato de Kennedy han sido abiertos al público.
La Agencia reconoce que actualmente cuenta con miles de páginas sobre el asesinato de JFK que el público nunca ha visto. La CIA reveló la existencia de los archivos todavía secretos de JFK al responder a una demanda judicial bajo el Acta de Libertad de Información, radicada -resulta- por mí, buscando la liberación de otros expedientes relacionados al asesinato.
Mediante affidávit juramentado, Delores Nelson, funcionaria en jefe de información de la CIA, declaró que la Agencia tiene aproximadamente 1.100 documentos relacionados con el asesinato que piensa mantener tapados hasta 2017, si no más allá de esa fecha. Estos archivos -que contienen más de 2.000 páginas de material- no pueden salir al público por razones de “seguridad nacional”, dijo Nelson.
En otras palabras: en algún lado del área metropolitana de Washington hay una colección de documentos de la CIA relacionados al asesinato de JFK que, de ser recopilados, conformarían una pila de unas diez pulgadas de alto. Ninguno de esos documentos jamás han sido vistos por el Congreso de EEUU, ni por los Archivos de la Nación; ni hablar de periodistas, historiadores, blogueros, Oliver Stone, Tom Hanks, o el público en general.
Eso, no es ni teoría de conspiración ni mito. Es un hecho.

miércoles, 20 de octubre de 2010

JHON KENNEDY Y LA CRISIS DE OCTUBRE: DIAS LUMINOSOS Y TRISTES

20 Octubre 2010
Por Gabriel Molina
Tomado de Granma

Jhon F. Kennedy
La Crisis de Octubre consolidó un cambio decisivo en John F. Kennedy, reveló su hermano Edward en el libro Los KennedyMi familia, que escribió bajo la presión de su inminente fallecimiento (25 de agosto del 2009).
El popular Senador relató que el 21 de abril de 1961 el Presidente “asumió en una conferencia de prensa la responsabilidad exclusiva por el desastre de Bahía de Cochinos: Según un viejo refrán la victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana”. (1) Sin embargo, comentó en privado que había confiado excesivamente en los hombres de la CIA, el Departamento de Estado y el Pentágono, agregó.
El 23 de julio de 1960, ya como candidato a la presidencia, Allen Dulles le informó por primera vez de la operación que ya pensaban justificar en agosto, durante una reunión de la OEA. De hecho, John Kennedy dudó de la pertinencia del plan que le presentó Dulles poco después de su elección como Jefe del Estado. Sin embargo, lo aprobó porque pensó que no le quedaba otro remedio ante una operación ordenada por su antecesor. Le preocupaba qué hacer con los cientos de cubanos exiliados reclutados por la CIA. Según Seymour Hersh, prestigioso periodista y biógrafo de JFK, la negativa primeramente a anular la operación cuando la conoció bien y a involucrar a la fuerza aérea regular el 19 de abril de 1961, a pesar de las presiones de los jefes militares y los miembros de su gabinete, “no fue producto de la indecisión, sino un verdadero cálculo político y cínico para desembarazarse del problema sin pasar como un débil a los ojos de la opinión pública”. (2)
Edward Kennedy
Ante el desencanto que invadió al hermano mayor, Robert propuso ir los tres a consultar al creador del clan, Joseph Kennedy.
El padre les dijo: a la gente le gusta que los dirigentes asuman su responsabilidad y sentenció: “El asunto es una de las mejores cosas que te ocurrieron”.
“Cuando un año y medio después nuestra nación afrontó la crisis de los misiles en Cuba y la posibilidad de aniquilación nuclear, la experiencia de mi hermano gracias al desastre de Bahía de Cochinos, se convirtió en una de las mejores cosas que le ocurrieron… tanto a él como al país: generó un saludable escepticismo en relación con los consejos militares que recibió, cuyo resultado fue la solución pacífica de la crisis de los misiles… Papá tenía razón cuando, después de Bahía de Cochinos, consoló a Jack (como lo llamaban en familia) diciendo que sería una de las mejores cosas que podían ocurrirle”, (3) opinó Edward 49 años después.
La Crisis del Caribe en octubre de 1962 fue también, como la de Bahía de Cochinos, una experiencia decisiva para el comandante Fidel Castro. Al inicio de la primavera de 1963, siete meses transcurridos solamente tras lo que se ha dado en llamar Crisis de Octubre, bajo el altísimo puntal de un lujoso salón del Kremlin, una larga mesa acogió a la delegación cubana para el primer almuerzo con la dirigencia soviética en Moscú, cuya población recibió con desbordante entusiasmo a Fidel Castro, al mediodía del 30 de abril de 1963.
El líder cubano había llegado la noche del 29 a Murmansk, ciudad portuaria en el extremo occidental del país, aún cubierta de nieve esa primavera. Allí visitó un submarino nuclear. Era su primer viaje a la URSS y fue recibido por el viceprimer ministro Anastas Mikoyan, quien lo acompañó en el vuelo a Moscú. La recepción oficial y popular con Jruschov y Brehznev sería la mañana siguiente en la capital.
Inmediatamente después de la impresionante demostración del pueblo en las calles, Nikita Kruschov se levantó de su puesto en la mesa del Kremlin y pronunció un elogioso brindis por sus huéspedes.
Fidel Castro no se hizo esperar. Con su copa en la mano, miró atentamente a su alrededor y sobresaltó a los presentes diciendo: “No puedo dejar de expresar mi desacuerdo con la forma en que fueron sacados los cohetes soviéticos de Cuba. No se nos consultó y se tomaron acuerdos a espaldas nuestras, después de haber sido nuestra tierra el potencial escenario de una guerra nuclear”.
Nikita le interrumpió agitado: “¡Lo hicimos para evitar un ataque contra Cuba y se logró mantener la paz!”.
Fidel retomó la palabra con tono airado: “Lo que se logró fue una paz precaria, pues no existe un verdadero compromiso. Si nos hubieran consultado se habría logrado mucho más. Habríamos obtenido una paz verdadera y otros objetivos”.
Parecía que la primera visita del líder cubano a la URSS, terminaría en fracaso. Nadie osaba decir una palabra…
El entonces primer ministro cubano no había ocultado en ningún momento su enojo desde que Jruschov anunció inconsultamente el 28 de octubre que retiraría los misiles instalados en Cuba y ofreció la posibilidad de enviar inspectores de la ONU para comprobarlo. Declaró Fidel que para inspeccionar el país tendrían que venir en zafarrancho de combate y lanzó una plataforma de cinco puntos para lograr una paz verdadera: 1) Cese del bloqueo económico y la presión comercial y económica. 2) Cese de las actividades subversivas, invasiones de mercenarios, infiltración de espías y saboteadores. 3) Cese de ataques piratas desde Estados Unidos. 4) Cese de violaciones del espacio aéreo y naval y 5) Retirada de la Base Naval de Guantánamo.
De fuentes soviéticas y norteamericanas se sabe que en 1962 Estados Unidos contaba con 377 cohetes estratégicos y construía otros 1 000. Los emplazados en Turquía e Italia, daban superioridad a EE.UU., pues de allí podían alcanzar en 15 minutos a la URSS, mientras los 44 cohetes intercontinentales soviéticos demorarían 25 en llegar a EE.UU. La URSS solo contaba, además, con 373 de alcance medio y 17 de alcance intermedio. La instalación de 42 cohetes de alcance medio e intermedio en Cuba, nivelaría considerablemente la diferencia y brindaría medios defensivos contra una inminente invasión de Cuba, lo que conocían soviéticos y cubanos que se preparaba apresuradamente.
El Congreso de Estados Unidos había aprobado en septiembre 26 una resolución conjunta que concedía al Presidente la facultad de hacer uso de las armas contra Cuba.
Fidel había declarado que percibió en la propuesta hecha por Kruschov de instalar cohetes nucleares en Cuba, una acción que consolidaría la capacidad defensiva de todo el campo socialista, incluida Cuba, y que fue el principal motivo para aceptarla, aunque no se ignoraban los riesgos. Cuba planteaba publicar el acuerdo, basándose en el derecho a la defensa con cualquier medio militar, como expresó abiertamente una declaración. Pero Jruschov insistió con Raúl Castro, Ministro de las Fuerzas Armadas -quien viajó a Moscú para firmar el acuerdo-, en postergar hacerlo público y negarlo mientras tanto.
El presidente de Estados Unidos había revelado el 22 de octubre que sus aviones espías tipo U2 detectaron los cohetes instalados en Cuba por la URSS. Kennedy demandó que fueran retirados bajo inspección internacional. Pero Fidel rechazó esa inspección del país y ordenó una alarma de combate para rechazar la agresión. El mariscal Rodion Malinowsky, ministro de Defensa ruso, instruía por su parte al general Issa Piev, a poner las tropas ubicadas en Cuba en disposición combativa, listas para rechazar al enemigo junto al gobierno cubano.
En la noche del 23 el presidente norteamericano rechazó los consejos militares de tomar la iniciativa del primer golpe, decretó un bloqueo naval y puso a todas las fuerzas armadas en máxima alerta por primera vez en la historia del país.

Fidel Castro dirigió personalmente la defensa de la Bahía de Cochinos
 Al día siguiente autorizó Kennedy los vuelos a baja altura, además de los que efectuaban los U2 fotografiando el territorio nacional. El 25 ya se habían efectuado 15 vuelos. Fidel avisó a Jruschov que Cuba resistiría firme y decididamente. U Thant, secretario general de la ONU, anunciaba una mediación tripartita a comenzar el día 26.
Mientras tanto, en esa misma fecha, Jruschov propuso en privado retirar los cohetes contra una promesa norteamericana de no invadir a Cuba. Kennedy aceptaba levantar el bloqueo naval y dar seguridad contra una agresión a la Isla, insistiendo en la inspección.
En una sorpresiva acción, la artillería anticoheteril soviética derribó entonces un avión U2 que volaba sobre Banes, en el oriente de la isla. El ambiente se tensó más y provocó una carta del presidente Kennedy, susceptible de varias lecturas: era amenazadora y a la vez tolerante, tratando de dejar ver que el acto podría no haber sido ordenado por Jruschov, quien ya negociaba con él. Que podría haber escapado al control del Premier soviético. El día 28 Jruschov aceptó los términos de Kennedy y después informó a Fidel, quien no conocía de las conversaciones secretas.
El comandante en Jefe declaró que la noticia había producido en Cuba “una gran indignación porque nos veíamos convertidos en una especie de objeto de cambio… nos enteramos por radio que el día 28 se ha producido un acuerdo”. Comprensible solo para los cubanos, la reacción del pueblo no fue de alivio, fue de profundo malestar. Con un punzante humor, la gente decía: “Nikita, Nikita, lo que se da no se quita”.
U Thant viajó a Cuba y como Fidel se negó a aceptar la inspección, el Secretario General de la ONU declaró que el dirigente cubano estaba en su derecho al negarse y Naciones Unidas no podía obligarlo.
Ante la situación, Jruschov envió el 2 de noviembre a Mikoyan a la Isla, quien durante varios días trató de convencer al Premier cubano. Pero fue imposible.
Finalmente, tras dos semanas en la Isla, Mikoyan propuso que la inspección se realizase en los barcos. Fidel le respondió que ese sería un problema de la URSS. Y hubo inspección en los barcos, no en Cuba. Desde entonces la doctrina militar cubana pasó a ser la de resistencia nacional si el territorio era ocupado.
El analista francés Raymond Aron lo expresó así en su obra Le Gran Debat: “la República Cubana es capaz de defenderse… ella puede hacer pagar al agresor eventual un costo desproporcionado al rendimiento de la conquista; ella es también capaz de dejar al agresor solo ruinas que ocupar. Si los dirigentes de esta república tienen el coraje -y según toda probabilidad lo tienen-, incluso privados del apoyo soviético, ellos pueden negarse a capitular”. El tiempo ha demostrado, aun hoy, su real vigencia.
Muchos jefes de Estado aprendieron lecciones de la confrontación. El presidente Charles De Gaulle las resumió diciendo: Dado que Estados Unidos puede poner en peligro de una guerra termonuclear a Europa sin consultarla, Francia tiene que poseer su propia fuerza nuclear. Y se retiró técnicamente de la OTAN.
La tensión de aquel primer día del viaje en Moscú, bajó después del incidente. Evidentemente los días luminosos y tristes solidificaron una relación del estadista indómito y el estadista poderoso, basada en el respeto y el cariño.

El Che Guevara y Fidel Castro

En su carta de despedida a Fidel en octubre de 1965, tres años después de la confrontación que estuvo a punto de desencadenar una guerra nuclear, Che Guevara recordaba esos hechos expresando: “sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe. Pocas veces brilló más alto un estadista…”.
También para Kennedy fueron días luminosos y tristes.
(1). Edward M. Kennedy. Los Kennedy. Mi familia. Memorias, septiembre 2010, Ediciones Planeta Madrid S.A. Pág. 209
(2). Seymour Hersh. La face cache du clan Kennedy. Citado en Ivonnick Denoel. Le Livre noir de la CIA. Nouveau Monde Edition. Pág 154
(3) Los Kennedy. Mi familia. Ibid. Pág. 222

lunes, 27 de septiembre de 2010

HACE 50 AÑOS, FIDEL CASTRO HABLO EN LA ONU

26 Septiembre 2010
Fidel Castro en la ONU
Por Eugenio Suárez Pérez
¡El lunes 26 de septiembre de 1960 pasará a la historia como el día en que Fidel hiciera su primera intervención en la ONU. Exactamente a las 2:40 de la tarde, el jefe de la Revolución arribó a la entrada principal del edificio de las Naciones Unidas.Cuando tocó su turno, Fidel se puso en pie y con largos pasos se dirigió hacia la tribuna. Tomó dos sorbos de agua y comenzó su histórico discurso. Eran las 2:57 de la tarde. No había en Cuba un solo aparato de radio y televisión que no recogiera la imagen y la voz de Fidel. Al siguiente día, el discurso fue reproducido por el periódico Revolución.
Los temas abordados por Fidel fueron variados, pero comenzó así:
Algunos pensarán que estamos muy disgustados por el trato que ha recibido la delegación cubana. No es así. Nosotros comprendemos perfectamente el porqué de las cosas. Por eso no estamos irritados ni nadie debe preocuparse de que Cuba pueda dejar de poner también su granito de arena en el esfuerzo para que el mundo se entienda.
Eso sí, nosotros vamos a hablar claro.
Varias preguntas hizo Fidel sobre las agresiones recibidas por la delegación cubana, y al dirigirse a los presentes dijo:
Quizás ninguno de ustedes, señores delegados, [¼] a su llegada a esta ciudad de Nueva York haya tenido que sufrir tratos personalmente vejaminosos, físicamente vejaminosos, como tuvo que sufrir el Presidente de la delegación cubana.
Las verdades de Cuba se escucharían aquel día en la ONU:
Me limito a decir la verdad. Era hora también de que nosotros tuviéramos la oportunidad de hablar. Sobre nosotros han estado hablando desde hace muchos días, han estado hablando los periódicos, y nosotros en silencio. Nosotros no podemos defendernos de los ataques aquí, en este país. Nuestra oportunidad para decir la verdad es esta, y no dejaremos de decirla.
Fidel se refirió a algunos de los incidentes ocurridos en estos días, en especial al que dio lugar a la muerte de una niña y se quiso culpar a la delegación cubana. También recordó cómo fueron los cubanos obligados a abandonar uno de los hoteles de Nueva York mientras un hotel humilde de los negros de Harlem, les dio alojamiento.
Más adelante, Fidel explicó cómo Cuba se convirtió en una colonia de Estados Unidos; destacó los años de lucha de los cubanos por alcanzar su independencia, lo que encontró la Revolución al llegar al poder, la alternativa del Gobierno Revolucionario ante esa situación y la contribución del Gobierno de Estados Unidos a la dictadura batistiana.
Luego, recuerda los primeros pasos del Gobierno Revolucionario una vez que alcanzó el poder y se detuvo en la Ley de Reforma Agraria, cuando dijo:
Sin reforma agraria, nuestro país no habría podido dar el primer paso hacia el desarrollo. Y, efectivamente, dimos ese paso: hicimos una reforma agraria. ¿Era radical? Era una reforma agraria radical. ¿Era muy radical? No era una reforma agraria muy radical. Hicimos una reforma agraria ajustada a las necesidades de nuestro desarrollo, ajustada a nuestras posibilidades de desarrollo agrícola.

Fidel hace 50 años habló en la ONU
Y aquí, señaló Fidel, surgió la primera dificultad verdadera, pues inmediatamente el Departamento de Estado norteamericano planteó el problema del pago de las tierras intervenidas:
¿Cómo íbamos a pagar? Por supuesto, lo primero que había que preguntar era con qué íbamos a pagar, no cómo, sino con qué. ¿Conciben ustedes que un país pobre, subdesarrollado, con 600 000 desempleados, con un índice tan alto de analfabetos, de enfermos, cuyas reservas han sido agotadas, que ha contribuido a la economía de un país poderoso, con 1 000 millones en 10 años, pueda tener con qué pagar las tierras que iban a estar afectadas por la ley agraria, o al menos pagarlas en las condiciones que querían que se pagaran?
Y destaca Fidel:
¿Qué nos planteó el Departamento de Estado norteamericano, como aspiraciones de sus intereses afectados? Tres cosas: el pronto pago…, “pago pronto, eficiente y justo”. ¿Ustedes entienden ese idioma? “Pago pronto, eficiente y justo.” Eso quiere decir: “Pago ahora mismo, en dólares y lo que nosotros pidamos por nuestras fincas”.
A continuación, el líder revolucionario argumentó las circunstancias en que se ha desenvuelto el proceso revolucionario cubano, cómo comenzaron las amenazas contra Cuba: los bombardeos sobre los centrales azucareros y otras acciones terroristas procedentes de Estados Unidos, las agresiones económicas y los intentos que Cuba ha hecho en el seno de la OEA para condenarlas.
Y, sin embargo, la Revolución Cubana está cambiando lo que ayer fue un país sin esperanzas, un país de miseria, un país de analfabetos [¼ ] y, en el próximo año, nuestro pueblo se propone librar su gran batalla contra el analfabetismo, con la meta ambiciosa de enseñar a leer y escribir hasta el último analfabeto en el próximo año, y, con ese fin, organizaciones de maestros, de estudiantes, de trabajadores, es decir, todo el pueblo, están preparándose para una intensa campaña y Cuba será el primer país de América que a la vuelta de algunos meses pueda decir que no tiene un solo analfabeto.
Después de detallar los logros de veinte meses, hizo una invitación a cualquier compañero de las Naciones Unidas o periodistas para que conozcan la realidad cubana.
El Primer Ministro cubano pasó a explicar que el Gobierno de Cuba siempre ha estado dispuesto a discutir sus problemas con el gobierno de Estados Unidos, pero el gobierno de Estados Unidos, nunca ha querido discutir sus problemas con Cuba.
Fidel denuncia que el gobierno de Estados Unidos está promoviendo la organización de movimientos subversivos contra el Gobierno Revolucionario de Cuba y que, por ejemplo, en una isla del Caribe, que pertenece a Honduras y que se conoce con el nombre de la Isla Cisne, Estados Unidos se ha apoderado “manu militari” de esa isla; y violando los convenios internacionales de radio, ha establecido una potente emisora de radio, que ha puesto en manos de los criminales de guerra y de los grupos subversivos que mantiene en este país y que allí se están haciendo, además, prácticas de entrenamiento para promover la subversión y promover desembarcos armados en Cuba.Otros peligros que preocupan a Cuba son expuestos por el jefe de la Revolución, cuando explica la existencia de una base naval en territorio cubano, y este riesgo se multiplica, si el gobierno de Estados Unidos toma como pretexto esa base, para promover una autoagresión que justifique un ataque a nuestra nación, y reitera, “Y esa preocupación por parte nuestra es cada vez mayor, debido a que es mayor la agresividad y son más alarmantes los síntomas”.
Fidel llama la atención a la ONU para que esté bien informada de los acontecimientos provocados por Estados Unidos contra Cuba, y dijo:
Nosotros tenemos que explicar muy claramente todos estos problemas, porque en ello va la seguridad y la suerte de nuestro país. Y por eso, pedimos que quede constancia bien clara de estas palabras, sobre todo, si se tiene en cuenta que no tiene traza de mejorarse la opinión o la interpretación errónea que acerca de los problemas de Cuba tienen los políticos de este país.
Para argumentar sus palabras pone de ejemplo las asombrosas declaraciones recientes de uno de los candidatos presidenciales de Estados Unidos, John F. Kennedy, al expresar que se debe usar toda la fuerza de la OEA para impedir que Castro interfiera con otros países latinoamericanos; que las fuerzas que luchan por la libertad en el exilio y en las montañas en Cuba -refiriéndose a los contrarrevolucionarios-, deben ser sostenidas y ayudadas; asimismo, dejó sentado que su intención es, no permitir que la Unión Soviética convierta a Cuba en su base en el Caribe, y aplicar la doctrina de Monroe; al mismo tiempo reiteró que se propone defender su derecho a la Base Naval de Guantánamo. Después de sancionar tales manifestaciones, Fidel expuso:

En Nueva York, Fidel se entrevistó con varios jefes de Estados,
entre ellos el egipcio Gamal Abdel Nasser,
Presidente de la República Arabe Unida. Foto de archivo
De todos modos, es desalentador, y nadie piense, sin embargo, que estas opiniones sobre las declaraciones de Kennedy indiquen que nosotros sentimos ninguna simpatía por el otro, el señor Nixon (RISAS), que ha hecho unas declaraciones similares. Para nosotros, los dos carecen de seso político.
En ese momento el Presidente de la Asamblea interrumpe, muy diplomáticamente, al Primer Ministro diciéndole que no es necesario considerar las condiciones personales de los candidatos en las elecciones al Gobierno de Estados Unidos.
La respuesta de Fidel fue:
Señor Presidente: no es nuestra intención faltar absolutamente en nada a las reglas que determinan nuestra conducta en las Naciones Unidas, y, por lo pronto, puede contar perfectamente con mi colaboración para evitar que sean malinterpretadas mis palabras. No tengo ningúna intención de ofender a nadie; es un poco una cuestión de estilo, y, sobre todo, una cuestión de confianza con la Asamblea. De todas formas, trataré de evitar malas interpretaciones.
Después de exponer los problemas de Cuba, el jefe de la Revolución cubana abordó los problemas que preocupan a otros pueblos del mundo, en especial la paz, y dijo:
Para qué darle más vuelta a la cuestión. Este es el quid de la cosa, incluso, el quid de la paz y de la guerra, el quid de la carrera armamentista o del desarme. Las guerras, desde el principio de la humanidad, han surgido, fundamentalmente, por una razón: el deseo de unos de despojar a otros de sus riquezas. ¡Desaparezca la filosofía del despojo, y habrá desaparecido la filosofía de la guerra! ¡Desaparezcan las colonias, desaparezca la explotación de los países por los monopolios, y entonces la humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso!
Mientras ese paso no se da, mientras esa etapa no se alcanza, el mundo tiene que vivir constantemente bajo la pesadilla de verse envuelto en cualquier crisis, en una conflagración atómica. ¿Por qué? Porque hay quienes están interesados en mantener el despojo, hay quienes están interesados en mantener la explotación.
Más adelante, Fidel destacó que en el discurso del Presidente de Estados Unidos, había algo inadmisible, y lee:
“En las zonas en desarrollo debemos tratar de promover cambios pacíficos, así como asistir a que lleven a cabo su progreso económico y social. Para hacer esto, para conseguir ese cambio, la comunidad internacional debe poder manifestar su presencia en los casos de necesidad, mediante el envío de observadores o de fuerzas de las Naciones Unidas”.
Esas “zonas de desarrollo” señaló Fidel, son la América Latina, el África, Asia y Oceanía, y acto seguido recordó que el Secretario General ha sugerido que los Estados miembros deben mostrarse dispuestos a hacer frente a futuras peticiones de las Naciones Unidas, para que contribuyan al mantenimiento de dichas fuerzas, y tajantemente dijo:
Deseamos expresar aquí que la delegación cubana no está de acuerdo con esa fuerza de emergencia en tanto todos los pueblos del mundo no puedan sentirse seguros de que no son para ponerlas al servicio del colonialismo y del imperialismo, y mucho menos cuando cualquiera de nuestros países, puede ser en cualquier instante víctima del uso de esa fuerza contra el derecho de nuestros pueblos.
Fidel, a partir de las propuestas hechas sobre el desarme total y completo por varias delegaciones en sus intervenciones, criticó al gobierno de Estados Unidos porque no quiere discutir ese tema en la Asamblea, y proclamó que todo el mundo ponga las cartas sobre la mesa, para que se sepa quiénes quieren y quiénes no quieren el desarme.
Otro tema que planteó Fidel fue el problema de la República Popular China, exigiendo que en el seno de la Asamblea se discuta el ingreso de ese país a la ONU, pues es una negación de la razón de ser de las Naciones Unidas y de su esencia el que ni siquiera se haya entrado a discutir ese problema aquí. ¿Por qué?, preguntó Fidel y respondió: “Porque es la voluntad del gobierno de Estados Unidos. ¿Por qué la Asamblea de las Naciones Unidas va a renunciar su derecho a discutir ese problema?
Luego, recalcó, no se acepta a una nación que representa una cuarta parte del mundo, y sin embargo, se mantiene otro régimen, en medio de una guerra civil, que interrumpió la intromisión de la Séptima Flota de Estados Unidos.
Al hacer su análisis, Fidel, expresó que ha sido franco -sin franquismo-, recordando que en la ONU están los representantes de Franco por España.
Casi para concluir, Fidel trató otro tema de sumo interés, cuando expresó:
Hay que enseñarle a la opinión mundial, que incluye, por tanto, a la opinión norteamericana, a comprender los problemas desde otro ángulo, desde el ángulo de los demás. No presentarnos siempre a los pueblos subdesarrollados como agresores, a los revolucionarios como agresores, como enemigos del pueblo norteamericano. Nosotros no podemos ser enemigos del pueblo norteamericano, porque hemos visto norteamericanos como Carleton Beals, o como Waldo Frank, a ilustres y distinguidos intelectuales como ellos, salírseles las lágrimas pensando en los errores que se cometen, en la falta de hospitalidad que particularmente se cometió con nosotros.
Por último, expuso la posición y la línea de la Revolución cubana:
Estamos, en fin, con todas las nobles aspiraciones de todos los pueblos. Esa es nuestra posición. Con todo lo justo estamos y estaremos siempre: contra el coloniaje, contra la explotación, contra los monopolios, contra el militarismo, contra la carrera armamentista, contra el juego a la guerra. Contra eso estaremos siempre. Esa será nuestra posición.
Allí en la Asamblea presentó Fidel, los aspectos cardinales de la Declaración de La Habana. Después de dar lectura a la parte esencial de este documento, dijo: “Algunos querían conocer cuál era la línea del Gobierno Revolucionario de Cuba. Pues bien, ¡esta es nuestra línea!”.
Fidel concluyó su intervención a las 8:15 de la noche con una prolongada ovación, y fue interrumpido durante su intervención, unas 30 veces, por ovaciones de los delegados a la Asamblea General de la ONU.