Introducción
El próximo 5 de junio, alrededor de 20 millones de electores elegirán al nuevo presidente del Perú, el mismo que juramentará la toma del cargo el 28 de julio en el Congreso de la República. Tras una fragorosa primera vuelta electoral (10-4-2011), pasaron a la segunda vuelta Ollanta Humala Tasso del Partido Nacionalista Peruano (Gana Perú) con 31.699 por ciento y Keiko Fujimori Higuchi (Fuerza 2011) con 23.551 por ciento. Ambos candidatos suscitan enconados debates en todos los ambientes familiares, sociales, institucionales, académicos y empresariales del país. La comunidad nacional se encuentra en vilo. La percepción social es de un dualismo radical antagónico entre ambos contendores, los mismos que disputan con creciente apetencia de votos el electorado, principalmente, de los mayoritarios estamentos sociales D y E, donde se definirá realmente quién será el próximo gobernante del país. Sin embargo, el radicalismo, la confrontación, el espectáculo banal y la manipulación mediática signan el actual proceso electoral. Se estigmatiza a Ollanta Humala como el mal mayor, el antisistema y por el contrario, se publicita a Keiko Fujimori como la abanderada del neoliberalismo y garantía de la continuación del crecimiento económico actual. En la coyuntura, el académico de la Universidad de Harvard, Steven Levitsky, desentrañó esta dicotomía maniquea al señalar que “se puede tener dudas de Humala, pero de Keiko tenemos pruebas”. Adrede, los medios adictos a la entronización de la dinastía Fujimori, no informan la adherencia de Humala al modelo de Lula en Brasil: crecimiento con desarrollo y redistribución social. Esos medios se han fujimorizado y como tal desinforman, caricaturizan y satanizan a Humala, mediante una desembozada campaña destinada a demoler su imagen política, haciendo tabla rasa de la ética periodística y de los valores democráticos que sólo en apariencia defienden.
Entre tanto el derrotado candidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski, les puso la mortaja a los partidos políticos tradicionales cuando afirmó que “los partidos apestan”, aunque luego se retractó. Por su lado, Keiko Fujimori, no ha hecho ningún deslinde con la barbarie del gobierno de su padre; por el contrario, lo ensalza como “el mejor presidente de la historia” peruana.
Voto Corporal
Debido al bajo nivel cultural, educativo de la población y a la exclusión social signada por la pobreza y pobreza extrema, la mayoría del electorado peruano emite voto corporal. Así, unos votan por el rostro bonito o caras conocidas; otros lo hacen con el corazón; este es el voto sentimental; de gratitud porque se les hizo escaleras, asfaltado de calles, una carretera, un puente, una loza deportiva o les ofrecen un bono de gratitud. Otros votan con el hígado; es el voto de la protesta, de la frustración y de la rabia al sentirse excluidos o hartos de la corrupción. Cuando no, votan con el estómago, pensando en el asistencialismo populista por el cual reciben migajas: vaso
de leche, comedor popular o víveres. No pocos votan pensando en el bolsillo, por las cantidades
simbólicas de dinero que les reparten o mejoras de sueldo que les prometen. Así mismo, existe el voto genital, motivado por el machismo o el feminismo. También, hay el voto con la testa que lo emite el elector pensante e informado; es el voto cualitativo, aunque cuantitativamente insignificante. En el Perú el voto corporal es mayoría abrumadora. Se impone el voto emocional sobre el voto por ideas y planes de gobierno. Por ello, se dice que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen. En este contexto viene desarrollándose una confrontación total con estrategias de tierra arrasada, que mantiene a los peruanos en estado de estrés creciente. Las características más relevantes de este belicismo electoral son:
Polarización
La población se encuentra antagonizada entre los simpatizantes del denominado candidato antisistema y los partidarios del autoritarismo mesiánico. Basta que alguien manifieste su intención de voto en favor uno de los dos candidatos, para que los que están en contra lo ataquen con argumentos falaces para que cambie su intención de voto. Hay, pues, intolerancia.
Racismo
En las redes sociales, principalmente el Facebook, jóvenes frívolos propalan mensajes ofensivos y denigrantes contra los partidarios de Humala pertenecientes a los estamentos sociales bajos. Se leen improperios y agresiones que reflejan intolerancia, banalidad y un magro nivel cultural de los autores de semejantes esperpentos. “Cholos de m”, “serranos sarnosos”, “indios ignorantes”, “hijos de p” son entre otra sus invectivas favoritas.
Miedo
La inducción del miedo es el arma predominante para manipular a la masa electoral favorable al candidato anatematizado como antisistema y a la vez presionarla para que vote por la candidata de la continuidad del modelo económico neoliberal. Cotidianamente, los medios afines a esta postulante propalan noticias efectistas sobre presunto autoritarismo, estatismo, chavismo, nacionalizaciones o difunden psicosociales como la supuesta apropiación del dinero de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs) para financiar la propuesta de Pensión 65 de Humala, en un desesperado intento de mellar la credibilidad del candidato nacionalista, presentándolo como mendaz y “lobo disfrazado de cordero”. Paralelamente maquillan a Keiko Fujimori, presentándola como el mal menor.
Demonización
Satanizar al candidato “antisistema” es una estrategia de demolición, instrumentada por poderosos intereses enmascarados y aplicada a través de los medios audiovisuales, escritos y hablados a su disposición, caricaturizándolo como la bestia negra, el “cuco” o el mal mayor.
Autoritarismo
Usan la condición militar de Humala, quien es Comandante EP(r) para hacer creer al pueblo que él gobernará con autoritarismo castrense, eliminará la libertad de expresión y se perpetuará en el poder, haciendo tabla rasa de los derechos humanos y de la propiedad privada.
Guerra Sucia
Es la estrategia más letal que usan para liquidar al candidato supuestamente antisistema. Proceden con prepotencia, agresividad e intolerancia. Poseen poder mediático suficiente para manipular a la opinión pública, sometiéndola a sus intereses particulares. Desinforman, canibalizan al adversario y desorientan al electorado, sin lograrlo plenamente.
Revanchismo
Mostrando actitud revanchista, la electa congresista fujimorista Martha Chávez Cossío, sin ambages amenazó al juez Dr. César San Martín, actual presidente del Poder Judicial, de quien dijo “el Dr. San Martín tendrá que responder por varias cosas en su momento”. Este magistrado probo presidió el Tribunal que juzgó y condenó a Fujimori a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad, en un proceso judicial impecable que mereció unánime aprobación nacional e internacional. A la sentencia emitida se le valora como una pieza jurídica que sienta jurisprudencia en la justicia internacional. Así, sin estar en el poder aún, la cúpula fujimorista muestra su verdadera careta autoritaria y persecutoria. Este aviso de represalia mereció el enérgico rechazo de la Asociación de Jueces por la Justicia y Democracia, al señalar que, “toda conducta contra la independencia de los jueces demuestra un desprecio a la voluntad popular”.
Cinismo Puro
Tras conocerse los resultado de la primera encuesta de la segunda vuelta, efectuada por Ipsos- Apoyo, en la cual Humala obtiene el 42 por ciento de las preferencias electorales y Fujimori, 36 por ciento, ella cambia de estrategia y declara a los medios de comunicación que su padre no fue un dictador “porque fue elegido democráticamente”, admitiendo que solamente “fue autoritario por que no respetó las formas”. Seguidamente, la señora Fujimori pidió perdón al país por los delitos cometidos en el gobierno de su progenitor, de quien afirma que el régimen que dirigió su padre fue “el mejor gobierno de la historia” Y, respecto al histriónico pedido de perdón el periodista César Hildebrandt, dijo “No le creo ni una sola palabra a Keiko Fujimori, absolutamente nada”. Mientras que el vocero de Fuerza 2011, Jorge Trelles afirmó que “Alberto Fujimori fue un demócrata, no sólo por su origen sino por su manera de gobernar ”
Censura Interior
Los medios adictos al neoliberalismo salvaje comenzaron a presionar a sus periodistas para que hagan marketing en favor de la candidata Fujimori y adopten una posición anti-Humala. Como algunos de ellos, consecuentes con su ética periodística y por dignidad personal, se resistieron a acatar la orden de demoler la imagen de Humala, se les despidió arbitrariamente de los medios donde laboraban. Es el caso de los periodistas Patricia Montero y José Jara, quienes fueron cesados (20-04-2011) del Canal N del grupo El Comercio, de propiedad de la familia Miró Quesada por no acatar la línea editorial mediática de ese consorcio empresarial, de proselitismo abierto a favor de Fujimori, acusándolos de haber “humanizado” y “blanqueado” a Humala, contribuyendo a su triunfo en primera vuelta (10-04-2011). Igual presión empresarial sufrieron periodistas de América TV (Canal 4). Los periodistas Daniel Yovera y Oscar Miranda tuvieron que renunciar por las mismas razones al diario Perú 21. Por ello, el Consejo Directivo del Instituto de Prensa y Sociedad emitió un enérgico comunicado condenando la censura interna contra periodistas independientes, al considerar que dicho atropello tenía motivos políticos. En estos casos flagrantes, la libertad de expresión sucumbió ante la libertad de empresa. Así, el grupo editorial de El Comercio ha abandonado la pluralidad de su línea periodística, adhiriéndose a Keiko Fujimori, cuya causa es la adicción al poder de su padre, el titiritero de la DIROES. La autojustificación anética de ese grupo empresarial mediático de que lo hacen por “el bien del país”, es sólo un camuflaje marquetero. Fujimorizar los medios de comunicación es cercenarles su credibilidad.
Maltrato al Nóbel
Se siente vergüenza ajena cuando se constata que los medios fujimorizados atacan de manera visceral al peruano universal, el insigne Mario Vargas Llosa, sólo por opinar libremente como nos tiene acostumbrados desde que publicó Los Jefes. La candidata Fujimori enfurecida dijo que MVLl como analista político era un “cero a la izquierda” y que hablaba por la herida, debido a que fue derrotado en las elecciones presidenciales de 1990 por su padre. Ella, no ha leído que la Academia Sueca otorgó el Premio Nóbel al célebre escritor, precisamente por su “cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes del la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo” en sus obras maestras, en las cuales recusa el autoritarismo, el abuso del poder y la corrupción, defendiendo la libertad individual y los derechos humanos. Otros acólitos fujimoristas claman que MVLl debe quedarse donde está y no meterse en política, porque para lo único que sirve es para escribir. Deberían leer Conversación en la Catedral , La Fiesta del Chivo, La Guerra del Fin del Mundo, El Sueño del Celta o su ensayo La Civilización del Espectáculo. Aunque los agravios más bajos fueron los del político profesional José Barba Caballero, quien dijo que “hay que ser muy tarugo o tener el corazón emponzoñado por el odio, como Mario Vargas Llosa, para no comprender que lo malo no se combate con lo peor”. Del mismo jaez fue lo manifestado por Martha Chávez Cossío, quien dijo de MVLl, “para él no existen principios, es capaz de hipotecarse al comunismo con tal de oponerse a la propuesta que Keiko representa”. Y, el fujimorista Jorge Trelles acotó, MVLl “necesita un psiquiatra urgentemente”. En este cargamontón, el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne adicionó que MVLl “es un pésimo político”. Hasta el presidente de la República Alan García Pérez, deslizó sibilinamente que “en el momento más grave, mientras otros daban la espalda o levantaban como única arma sus plumas de escribir, otros entregaban sus vidas, dieron sus miembros, su discapacidad” y añadió que “todos esos teóricos que ganan dinero halando mal de los peruanos en el exterior, ¿dejaron un brazo por el Perú?, ¿o perdieron una pierna o el movimiento luchando por el Perú. Nada perdieron, quieren ganar todo”.
Bueno, hombre multifacético, MVLl es un ícono mundial. Él mismo se define como un liberal y ciudadano del mundo. Su opinión, artículos, obras y actos son acogidos con respeto, admiración y tienen impacto global. Anunciar que votaría por Humala y no por Fujimori, fue el pecado capital que le acarreó la furia de la derecha política peruana, cuyo anacronismo, carencia de identidad nacional y de visión de futuro, constituyen el principal atavismo que mantiene al Perú en una denigrante posición tercermundista. De modo que los detractores de MVLl apenas pueden visualizarlo hacia arriba desde su medianía y pequeñez, sobrecogidos por su universalidad. Con él se puede y se debe discrepar pero descalificarlo, no; puesto que ello constituye una demostración de lamentable indigencia intelectual.
Colofón
El electorado peruano burlará la trampa del miedo, el embuste y la distorsión maniquea. Masivamente votará con coraje contra el cáncer de la corrupción y el mesianismo autoritario que lo acecha. Las maniobras de los omnímodos poderes económicos enmascarados caerán en saco roto. Los electores están aprendiendo a sospechar de lo que hay detrás de las apariencias y de los operativos psicosociales. Y, el Perú afirmará la democracia con desarrollo social. Que así sea.
Lima, 25 de abril del 2011
1 comentario:
¡Excelente artículo!
Pedro Carranza. Sunrise, Florida. EE.UU.
Publicar un comentario