La dimisión del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, parecía inminente. Pero no. Mubarak ha reiterado su intención de seguir en la presidencia hasta las próximas elecciones de septiembre, a las que aseguró no se presentará, y que cederá “poderes” al actual vicepresidente, Omar Suleimán, aunque no especificó cuáles serán.
Mubarak dijo en un discurso transmitido por televisión que las demandas de los manifestantes, que exigen su renuncia inmediata, son justas y legítimasl, pero que no aceptará ninguna injerencia extranjera. También dijo que solicitó seis enmiendas constitucionales con respecto a una de las demandas de los manifestantes. Agregó que retirará las leyes de emergencia, que han sido muy rechazadas por la población, cuando la seguridad del país se lo permita.
Mubarak prometió que castigará a las personas detrás de la violencia desatada en las últimas dos semanas y expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos.
Durante su discurso cientos de manifestantes gritaban “fuera, fuera” en la plaza Tahrir con los zapatos en la mano, lo cual se considera una gran ofensa en el mundo árabe
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