viernes, 13 de agosto de 2010

CRONICA DE UN DESPIDO ANUNCIADO EN LA UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO, LIMA NORTE

En la UCV Lima norte se acaba de consumar un despido anunciado. 12 docentes que tenían a cargo el desarrollo de la asignatura Cátedra Vallejo han sido acusados de apología al terrorismo por el hecho de enseñar la vida comprometida y la obra integral del autor de Los Heraldos Negros, Trilce, Poemas Humanos, España, aparte de mí este cáliz, El Tungsteno, Paco Yunque, El arte y la revolución, entre otras.
La Universidad Particular que lleva el nombre del poeta termina vetándolo. Los Clemente Palma ya no están, pero están los Acuña Peralta. La diferencia tiene que ver con los tiempos. Los censores, sin ningún escrúpulo ético y con una ignorancia abrumadora, persiguen su pensamiento pero se enriquecen con su nombre.
Cátedra Vallejo es el nombre de una asignatura que pertenece al Programa de Formación General, área que tiene, entre otras, la misión de contribuir a la formación integral de los estudiantes de todas las Escuelas Profesionales. Las universidades de acuerdo a las facultades que la ley les confiere, definen sus planes de estudio, sus mallas curriculares, sus sílabos y sus sesiones de estudio.
La asignatura Cátedra Vallejo hace cuatro años era un problema. Los docentes de entonces pretendieron hacer un curso de literatura pura, y un estudiante, digamos de ingeniera ambiental o de administración de negocios, decía: “y esto para qué me sirve?”. Entonces se convocó al docente Julio Yovera Ballona, conocedor de la vida de Vallejo para que asuma la Coordinación Académica del curso.
Yovera formó un equipo de docentes vallejianos, algunos de ellos vinculados a Capulí, Vallejo y su tierra, la entidad que dirige el poeta Danilo Sánchez Lihon. Se inició un proceso de elaboración del sílabo de acuerdo a la estructura y la malla curriculares que fue aprobado en la reunión de directores de las escuelas profesionales en marzo del 2008, y sobre esa base el sílabo se fue ratificando y mejorando a lo largo de los semestres.
Se logró lo que parecía imposible: posesionaron el curso en todas las escuelas profesionales. La clave –argumenta Yovera- estuvo en el hecho contextualizar la vida y obra del poeta a los sucesos históricos del país y del mundo.
El curso se convirtió en un espacio de reflexión sobre la crisis del país, las corrientes de pensamiento: el rol del anarquismo, la propuesta primigenia del APRA y el auge de las ideas socialistas. La intolerancia del oscurantismo totalitario. La crisis de Europa. El fascismo y la guerra civil española. La experiencia de la ex URSS. Además, estudiaron la obra de Vallejo en el contexto de la globalización y el neoliberalismo, por lo mismo se habló de exclusión social y cultural, modelo de “desarrollo” primario exportador, fundamentalismo y pensamiento único. Fue la gota que desbordó el vaso.
Se inició una verdadera cacería de brujas. El señor Juan Manuel Pacheco Zeballos, Director General de la UCV Lima norte, les puso la puntería a los docentes y acusó de “hacer apología al terrorismo”. Los despidió de un plumazo.
Yovera señala, nuestras fuentes han sido obviamente los textos del propio Vallejo, los de Basadre, de Mariátegui, de Ricardo González Vigil, de Marco Martos, de Octavio Paz, entre otros; también las de Chomsky y Petras, y, por cierto, los artículos de César Hildebrandt y los apuntes de Carlín. Para el señor Pacheco, ese material induce a posiciones terroristas. Es lamentable que una Universidad, por muy emergente que sea, tenga autoridades que se comportan como verdaderos capataces, dice Julio Yovera.
Mientras los docentes de Cátedra Vallejo son despedidos por difundir la obra del poeta, en esa misma universidad hay personas que tienen problemas con la justicia de su país (caso del refugiado boliviano Jorge Torres Obleas, acusado de crímenes de lesa humanidad) y sin embargo son protegidos por el presidente García y el señor Acuña.
Julio Yovera Ballona, el ex coordinador académico de Catedra Vallejo ha sido reconocido por su compromiso vallejiano por el INC del Cusco; recientemente la Municipalidad Provincial de Santiago de Chuco, la tierra de Vallejo, lo declaró su hijo adoptivo. Eso no la importa a las autoridades de la UCV.
Ya no solo Vallejo está en la calle, también están con él los 12 profesores que lo difundieron en las aulas.

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