jueves, 15 de julio de 2010

EN UN SOLO DIA, LOS DE COMUNICORE, EN LIMA, SE LLEVARON 5 MILLONES EN MALETAS

Autor: Daniel Yovera
Diario PERU 21

El jueves 2 de febrero de 2006, dieciocho moradores del pueblo joven La Libertad, ubicado en las alturas del distrito de Comas, fueron convocados por el reclutador del caso Comunicore, Joule Vila Vila, para que cobraran varios cheques de la cuenta que esa empresa tenía en el Banco Continental.
No fueron juntos y algunos ni se conocían. Pero casi todos recorrieron la ciudad de cono a cono, por la Vía de Evitamiento, hasta la Panamericana Sur. Tenían que llegar a la agencia de esa entidad financiera ubicada en la sede de la compañía de seguridad Prosegur, en Surco, para retirar casi S/.5 millones.
Es decir, en un solo día retiraron casi la tercera parte del total que fuera cobrado por los 30 pobladores: S/.16 millones.
Entre los que acudieron ese día estaba Giovanna Escalante Esteban, hija de la señora Margarita Esteban, la iletrada “presidenta del Directorio” de Comunicore. Otro fue el esposo de aquella, Joel García Araujo, quien dos meses después se convertiría, sin saberlo, en flamante “director” de Comunicore.
De acuerdo con el relato que ha hecho parte de este grupo a su abogado, Efrey Becerra Garay, ese día, uno a uno fueron llegando al local de Prosegur. Allí los esperaban Vila Vila y, por lo menos, cinco personas más.
“Eran como cinco hombres altos los que estaban con Joule (Vila). Estaban parados al lado de una camioneta cuatro por cuatro oscura, de lunas polarizadas”, recuerdan.
EN MALETINES.
 Varios han relatado que, conforme iban llegando, se repetía una y otra vez la mecánica ya explicada: los aguardaban con su ticket de espera, endosaban el cheque que les era entregado, cobraban en ventanilla y, finalmente, Vila y otro personaje tomaban posesión del dinero.
“Joule (Vila) nos decía que no agarráramos nada de plata, que en la puerta había gente que nos estaba mirando y vigilando. Por eso, cuando venía el contador, metía la plata al maletín y se la llevaba a la camioneta”, relató uno de los reclutados.
Otro, que ha pedido la reserva de su identidad, ha señalado: “Yo llegué hasta la bóveda. Allí vi que había varios fajos gruesos de billetes, y era tanta la cantidad que la han metido a dos maletas pequeñas y se la han llevado al carro”.
Según estas versiones, todo parecía preparado. “Ni bien el cajero nos entregaba la plata en ventanilla, me decían 'espera afuera’. Esperábamos afuera y, después, salían con los maletines y nos daban los 100 soles. Eso era todo”, explicaron.
IDENTIFICAN A ACOMPAÑANTE.
El otro elemento revelador de estos relatos es que algunos de los reclutados han mencionado el nombre de la persona que acompañaba a Vila Vila en los cobros. Se trataría de Gino Jesús Montoya Agüero, a quien este diario intentó contactar para corroborar la versión, pero no le fue posible debido a que los teléfonos que figuran en sus registros de Telefónica, Sunat e Infocorp no se encuentran operativos.
Cierto o no el dato de los moradores de Comas, tendría alguna lógica pues el hermano del supuesto acompañante de Vila Vila, Álex Montoya Agüero, ha trabajado en Comunicore bajo las órdenes del operador de esta compañía, Miguel Garro Barrera. Por lo menos así lo constatan documentos internos de la empresa.
De confirmarse esta información, podría deducirse para quién reclutó gente Joule Vila Vila.
SUNAT Y SBS MUDAS.
En tanto, Edgard Reymundo (BP), integrante de la Comisión de Fiscalización del Congreso, opinó sobre lo revelado ayer por Perú.21.
“Este es un hecho absolutamente nuevo que abona y corrobora los indicios de corrupción en el caso Comunicore. Yo estoy convencido de que el alcalde Luis Castañeda está metido en estos actos de corrupción, y hay que seguirle el paso porque no se puede permitir que tránsfugas pretendan blindar a este personaje”, subrayó.
En tanto ayer, y pese a que tiene que explicar por qué dos bancos permitieron semejantes retiros de dinero sin que informaran a la Unidad de Inteligencia Financiera, la Superintendencia de Banca y Seguros no respondió a los requerimientos de este diario. Tampoco lo hizo la Sunat, que desde hace dos años y medio investiga esta sospechosa operación.
Por cierto, nadie del municipio de Lima se pronunció ayer sobre el caso. Es probable que cuando se les pregunte, sigan diciendo que se trata de un “tema de privados”.

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