LE SALE EL INDIO AL ALCALDE DE SECHURA

TE LO CUENTO PIURA

Por: RODRIGO LOPEZ CASTRO

Piura, 19/05/2010

Cierran filas

Cada vez que Pepe Aguilar fue candidato a la alcaldía de Piura siempre tuvo muy en cuenta el voto de los ayabaquinos residentes en esta ciudad y el de sus hijos. De la población que habita aquí ellos son mayoría. Se han afincado, sobre todo, en el sector oeste. Si ustedes se dan una vueltita por allá y preguntan por quién votarán esta vez, de cinco, tres dicen que lo harán por Práxedes Llacsahuanga.

¿Quién es él?

Este señor fue dos veces alcalde de la provincia de Ayabaca. En la primera ocasión lo vacaron y, en la segunda, su gestión se vio oscurecida por ciertos hechos hasta hoy no esclarecidos. Ahora postula al sillón municipal de Piura. Lo hace con la camiseta de Somos Perú y, a simple vista, ustedes no darían un real por él como candidato, pero ya ven: está avanzando silenciosamente entre sus paisanos.

Lo que se esperaba

Como adelantó con cachita el mismo César Trelles Lara, la tacha de Adelita Córdova contra él no prosperó. Abortó porque era una tacha absurda, infundada, jalada de los pelos. En el 98 el Apra le dio a su militancia libertad para postular, en los comicios de ese año, por cualquier otra agrupación política. Difícil creer que Adelita no lo supiera. Lo sabía, pero Adelita, como ya ven, no puede con su genio.

Igual

La tacha contra ella tampoco prosperó. Nosotros dijimos que fue un error tacharla y que había que dejarla competir en las internas del Apra como ya lo hará ahora salvo que, en el camino, se desanime y se retire de la contienda. Aunque no. Adelita quiere ser candidata a la presidencia regional y dará batalla así pierda en el intento. Ella es muy obstinada y también de pataletas. ¿Cuál será la próxima?

Cholo bravo

El alcalde de Sechura, Santos Valentín Querevalú Periche, viajó hace algunos días a Lima para exigir la solución del conflicto que tiene con su par de Paita por la posesión de la caleta La Tortuga. Allá se entrevistó con el presidente de la Comisión de Descentralización del Congreso de la República: Franco Carpio Guerrero (UN). Cuando lo tuvo al frente le salió el indio. Le dijo de todo.

¿Por qué?

La Comisión que preside el citado congresista está demorando un dictamen que definirá si La Tortuga pertenece a Sechura o a Paita. Hasta ahora la opinión que existe es que dicha caleta le pertenece a Sechura. Santos Valentín sospecha que quien está demorando el dictamen es el mismo congresista para favorecer a Paita en cuyo municipio trabaja como gerente un sobrino de éste. Uy curuju.

Un misterio

Como ya sabemos, doña Mónica Zapata es la candidata de los fujimoristas a la alcaldía de Piura y el ojitos rasgados de Wacheng su carta para Castilla. Pero nada se sabe sobre quién será su candidato a la presidencia regional. Fernando Cáceres Rosell, a quien se voceó en un comienzo, parece que ya no lo es. Por allí anda flotando, como alma en pena, otro nombre: Lucho Pella.

A cantar se ha dicho

En estos días comparecerá ante la Fiscal de la Nación el congresista José Carlos Carrasco Távara. A él se le menciona en uno de los famosos petroaudios. Mejor dicho, está metido en la misma danza de Jorge del Castilla. Igual Hernán Garrido Lecca, uña y carne de un congresista nuestro. José Carlos tendrá que demostrar inocencia. Si no lo logra ya sabe lo que se viene: la noche.

¿Quién más?

Aparte del Apra, por el momento no hay otra agrupación política que tenga pensado elegir a sus candidatos tal como manda la ley. ¿O sí? Incluso, el Apra ha pedido a la Onpe, a Transparencia y a los medios de prensa apoyo en la supervisión de sus comicios internos. No tanto para evitar que Adelita Córdova salga a decir que hubo fraude cuando pierda, sino para darle a esos comicios más brillo.

Que levanten la mano

Ya sabrán que uno de los candidatos más pintaditos para alcanzar la presidencia de Colombia es Antanas Mockus. Cuando era niño se le consideraba genio y no ha dejado de serlo. Los colombianos lo quieren y hasta le perdonan sus excentricidades que son muchas. Hace poco dijo, a manera de confesión, que habían veces en que deseaba a la mujer del prójimo. ¿Quién no?