1 OCTUBRE 2010
Ecuador amaneció hoy con relativa calma tras la crisis desatada ayer por una sublevación de policías que tuvieron secuestrado durante varias horas al presidente Rafael Correa, quien considera los hechos un intento de golpe de Estado.
Ecuador amaneció hoy con relativa calma tras la crisis desatada ayer por una sublevación de policías que tuvieron secuestrado durante varias horas al presidente Rafael Correa, quien considera los hechos un intento de golpe de Estado.
La actividad vuelve a la normalidad paulatinamente y en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, hay una fuerte presencia militar, según constató Efe.
Además, en las inmediaciones del palacio hay decenas de seguidores del jefe de Estado,que fue rescatado anoche por fuerzas especiales del Ejército y la Policía de un hospital donde quedó atrapado en medio de las protestas de policías, a las que sumaron algunos militares, contra una ley que consideran dañina para sus intereses.
La luz del día dejó ver los daños en el hospital de la policía de donde fue rescatado Correa:puertas rotas, sillas destruidas, agujeros de impactos de bala en ventanas, paredes y espacios de trabajo, y manchas de sangre por todos lados, huellas todas ellas del enfrentamiento entre los efectivos de los grupos especiales militares y los policías sublevados.
El piso de la entrada al hospital está totalmente cubierto de pequeños pedazos de vidrio,al igual que otras zonas del hospital, donde muchas personas dicen haber pasado ayer “por una las peores experiencias” de sus vidas, según testimoniaron a Efe.
Una de las empleadas del hospital reclamaba a la imagen de un niño Jesús que da la bienvenida a los visitantes por considerar que “no cuidó” el edificio, en tanto que la recepcionista le agradecía por haberlos salvado de lo que pudo ser una tragedia.
El olor a gas lacrimógeno permanece en el hospital y todavía afecta a los ojos y la nariz incluso varias horas después de que terminara el enfrentamiento que, según la Cruz Roja, dejó dos fallecidos.
Al sitio llegó hoy un sacerdote ofreciendo sus oficios en medio de corredores que presentaban orificios de bala y manchas de sangre.
Testigos señalaban que, a tenor del tiroteo escuchado anoche durante el rescate de Correa, el edificio no estaba tan destruido como se supondría, por lo que especulaban que tal vez la orden que tenían los militares era disparar al aire.
Sin embargo, otros terciaban asegurando que sí se disparó a gente y por ello hay heridos, que Correa cifró en 27 sólo entre las fuerzas que lo rescataron.
En el piso del primer piso del hospital, octavillas llamando a unirse a la familia policial en la lucha por sus “derechos” recordaban el origen de la protesta.
Al Regimiento Quito, donde cientos de policías iniciaron ayer su protesta, también ha vuelto la normalidad.
En la ciudad, en general, se divisaba poca presencia policial al iniciar el día.
(Con información de EFE)
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