El 28 de octubre de 1959, a las 6:01 pm, salió del aeropuerto de Camagüey, el avión bimotor, marca Cessna 310 con el número 53, de cinco plazas. Conducía al Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, Comandante Camilo Cienfuegos; al piloto Primer Teniente Luciano Fariñas Rodríguez, y al soldado rebelde Félix Rodríguez. El avión nunca llegó a su destino, Ciudad de La Habana. En otro aniversario de la desaparición de Camilo y sus compañeros, Cubadebate lo recuerda con una de sus anécdotas más célebres, publicada originalmente por la revista Bohemia.
Camilo Cienfuegos y Fidel Castro |
24 de junio de 1959.- Tanto en La Habana como en el resto del país, se han desarrollado funciones especiales en los espectáculos deportivos con el fin de recaudar fondos para la Reforma Agraria. El béisbol, deporte nacional, no puede faltar. En el hoy Latinoamericano, conocido entonces como el Estadio del Cerro, se pacta un juego de exhibición entre el equipo de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y los Barbudos, una selección integrada por miembros del Ejército Rebelde.
Se anuncian como lanzadores a Fidel Castro y a Camilo Cienfuegos. Pero cuando el Señor de la Vanguardia entra en el terreno, lo hace con el uniforme de Barbudos y una mascota de receptor. Los periodistas se le acercan. “Yo no estoy contra Fidel ni en un juego de pelota”, declara el Héroe de Yaguajay. La llegada del Jefe de la Revolución provoca una estruendosa ovación entre la numerosa afición que se ha dado cita en la instalación.
Cuando saluda a Amado Maestri, el gran árbitro cubano, designado para impartir justicia detrás del home, le pide: “Yo ahora estoy un poco desligado del juego de pelota. Quiero que me indique cómo tengo que lanzar para no incurrir en un balk”. El juego comienza y el abridor de los Barbudos retira la primera entrada sin problemas.
En otro inning, hay un roletazo a la derecha del inicialista que lo aleja de la base. Fidel cubre raudo la primera almohadilla y gracias a eso logran el out. Camilo, por su parte, estaba haciendo la asistencia por si se escapaba el tiro. Al bate, no les fue bien a los comandantes.
Camilo, en dos strikes, quiso sorprender al tercera base rival, que estaba jugando muy atrás, pero el toque salió foul y Maestri decretó el ponche por regla. Fidel, en su única vez al bate, fue dominado en roletazo al cuadro. El pitcheo de relevo de los Barbudos no se comportó a la misma altura de su abridor y el juego terminó 3-0 a favor de los policías.
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