Por: Gladis Zambrano Valdez
“Todos los hombres son iguales” es la principal proclama de la doctrina de los “Derechos Humanos” que se ha convertido en la religión del mundo moderno, así un violador, un secuestrador, un pederasta, o un asesino en potencia; como los que a diario salen en las portadas de los medios de comunicación, por que asaltaron, mataron y/o violaron con total impunidad; están en el mismo plano de igualdad que un trabajador honesto o un hombre de familia, que un estudiante o una mujer madre y trabajadora. Quizás a esto nos ha llevado la “maravillosa” igualdad que tanto proclaman los progresistas políticamente correctos. Los derechos humanos y sus profetas defienden a los criminales (y a los criminales más sanguinarios), les dan un abogado, una defensa, hablan sobre el “arrepentimiento” de un violador, asesino, hacen proclamas contra la pena de muerte pero al mismo tiempo se dictan leyes, en contra de los ciudadanos que actúan EN DEFENSA PROPIA.
Realmente el mundo está al revés, si como se dice que, “Todos los hombres somos iguales” porque este es el mundo de los criminales, de los delincuentes y violadores; ¿Hasta cuándo se va a aguantar esta faena? Cada día los políticos democráticos aprueban más leyes para beneficiar a esa horda de elementos negativos, que hoy son mayoría. Según cifras estadísticas del INEI, los robos, asaltos, violaciones y crímenes, aumentaron en un 45.3% durante los tres primeros meses del año. Asimismo, una encuesta de Datum, del mes de agosto, reveló que el 85% de peruanos no se siente seguro en las calles y que el 70% desconfía de la Policía.
Asi como nos enseñaron y estamos seguros de que “La seguridad ciudadana es... "Tarea de Todos…” nos preguntamos, porqué el ciudadano honesto va a la cárcel, y se le acusa por actuar en defensa propia; en cambio el criminal tiene defensores hasta en las oficinas de derechos humanos. Quien defiende a los víctimas de la delincuencia, lamentablemente la debilidad del manipulable poder judicial propicia la impunidad, las leyes protegen más a los delincuentes y criminales que al ciudadano honesto, es urgente que se cambie la normatividad judicial que existe en nuestro país, solo así frenaremos la delincuencia generalizada en el Perú.
Ahora resulta que hay que sentir lástima por los delincuentes que mueren precisamente por SER DELINCUENTES.. ahora resulta que el que mata un delincuente en defensa propia, se convierte en asesino ... No sé ustedes que piensan, pero yo prefiero mil delincuentes muertos a que muera un ciudadano honesto. No es que esté de acuerdo con matar, es lamentable que la gente tenga que morir, pero ante tanta impunidad, no sabemos a quién acudir ni en qué forma actuar, quizás el Poder Judicial nos indique, “ que debemos dejarnos matar para no enfrentar procesos penales” …De qué estamos hablando?...
Un ejemplo claro de esta desventaja judicial, es el caso del empresario Luis Miguel Llanos Carrillo, quien mató a dos delincuentes que atacaron a su pareja, y ahora ha sido denunciado por el Ministerio Público por la presunta comisión de homicidio simple y encubrimiento, el mismo manifestó: “No tengo que esperar que (los hampones) me disparen. Basta que la agresión sea inminente para que pueda reaccionar”; otro caso es el de un universitario que asesinó a un maleante que pretendió robarle en el cruce de las avenidas Colmena y Tacna, en el Centro de Lima. Sin embargo, ha sido encarcelado por decisión judicial pese a que actuó en defensa propia. Y sobre la asonada en La Parada, dos de los matones que murieron durante el desborde de violencia criminal, Kenyi Castro Velita (32) y Gino Cárdenas Rivero, presentaban antecedentes penales por delito graves, lo que confirma que el cobarde y salvaje ataque a policías fue perpetrado por hampones con un amplio prontuario.
Entonces, quienes somos las víctimas? …A quién acudiremos en busca de justicia?....
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