lunes, 23 de abril de 2012

LA SOLUCIÓN SOMOS TODOS, DICEN APRISTAS


Por: Alfonso Salcedo Rubio
Compañeros:
Recién a estas horas de la madrugada, reviso periódicos, leo correos y tomo conciencia de lo que está sucediendo en el partido. No puedo dejar para mañana, lo que debo decir en este momento:
En el Apra de hoy no existe nadie capacitado para abrir ni cerrar puertas.
La función de San Pedro que franquea cielos o condena a infiernos, no forma parte de la religión cívica modernizada que pretendemos para  el aprismo.
En el Partido del Pueblo todos estamos en el limbo, esa suerte de purgatorio del que solo nos redimirán los mecanismos de la democracia interna y no el dedo arbitrario de  ningún "iluminado" pues la LUZ, que solo yace en Trujillo, nos alumbra a todos por igual.
En nuestro partido nadie está descalificado a priori, ni goza de licencias especiales. Como en toda comunidad hay quienes están mejor dotados que otros para temas específicos y la vida nos enseña por ejemplo,  que se puede ser el mejor presidente del Perú en lo que va de nuestra experiencia, y al mismo tiempo, el peor dirigente máximo de un partido en lo que va de nuestra historia. Pero aún esta calificación personal, puede estar teñida de subjetivismo. Es decir, ninguno recalquemos, ninguno es ninguno - de nosotros, está calificado para descalificar a nadie ni para licenciar de la vida partidaria ni a individuos ni a generaciones enteras; y menos, para excluirse a sí mismo de los descalificados y dotar de títulos superiores a nuevos contingentes que le sirvan de pedestal mientras se sepulta al aprismo debajo de un recuerdo sin recuerdo.
La solución somos todos, o no hay solución.
El camino difícil pero inevitable si es que queremos robustecer al aprismo para que continúe sirviendo de escuela de la política peruana, de garantía de estabilidad democrática y de rumbo cierto a la justicia con libertad, pasa por:
1.  Sincerar la vida, la organización y los niveles de cada quien dentro de la estructura partidaria: al Secretario General del Partido, lo elige una asamblea o congreso de nuestra organización y generalmente ello sucede al término de una maratónica jornada, cuando los delegados están ya medio dormidos o abandonaron la cita rumbo a sus bases territoriales, pero aún así se les debe de respetar y se les respeta.
2.  Sepultar para siempre la perniciosa intervención de voluntades supremas y autoritarias que imponen fórmulas colegiadas para debilitar a la Secretaria General como institución y como liderazgo elegido por la mayoría.
3.  Respetar al número dos, sea quien fuere: al margen de la Secretaría General, en el Apra de los tiempos de Víctor Raúl, existía un número uno y un número dos que no siempre coincidía con las preferencias del Jefe. A ese número dos no lo elegía ningún congreso ni asamblea. Su nombre brotaba espontáneo de las masas apristas y sobre todo, de la calle, de la percepción del pueblo todo del Perú, compuesto por apristas y no apristas, que reconocían sin discusión de ningún tipo quien era el segundo dentro de la jerarquía aprista; y Haya de la Torre reconocía ese mandato y le daba su sitio de segundo al segundo, que fue Manuel Seoane, el Cachorro.
Ahora, desde hace cerca de quince años el Apra tiene un segundo, que nuestro Presidente del Partido, se niega a reconocer y que le guste a no le guste, se llama Jorge del Castillo. Si no, que se haga una encuesta nacional, y el país dará su veredicto.
La salud del Partido exige este sinceramiento y que se dé al César lo que es del César. Todo lo contrario, es convertir a nuestra organización, en escenario inútil de confrontaciones y de apetitos desordenados y caprichosos.
Hay otros requisitos no menos importantes:
·      Que se emprenda ya una campaña de reconciliación partidaria. Que vuelva la fraternidad.
·      Que nadie utilice argumentos o calumnias de los adversarios, para excluir a compañeros de los eventos partidarios.
·      Que se utilicen los procedimientos más idóneos para garantizar la pureza de las próximas jornadas partidarias, desde el jubileo si tal fuera indispensable, hasta una depuración de padrones a cargo de los compañeros dignos de la confianza de todos.
·      Que se garantice por la ONPE, si fuera necesario, la elección más legítima de delegados.
·      Que la llamada y necesaria renovación,  no sea impuesta por nadie, ni que siga lineamientos establecidos a priori. Primero pongamos en orden la casa y luego abramos las puertas y convoquemos a los peruanos que quieran emprender el camino al lado de nosotros.
No cancelemos las carreras político partidarias, no des institucionalicemos a los partidos y al país, no permitamos que regrese el cuento de la llamada partidocracia que nos retrotraiga al imperio de los independientes, a la supremacía de los que no tienen curriculum ni antecedentes de preocupación por los asuntos públicos. ¿Qué es eso de reunirse con jovencitos escogidos ignorando a la institucionalidad juvenil y popular del Partido del Pueblo y a sus grupos de estudio preexistentes, como el llamado Grupo Convicción, por ejemplo?
Yo creo en la apertura del partido a la sociedad, no estoy asumiendo posturas oportunistas,  y si no, que se recuerde que el primer grito en esa dirección, antes de la frase Mi compromiso es con todos los peruanos, fue una canción producto de mi creación que propalaron los medios siguiendo la saga de El Apra es el Camino, que decía:
"Abramos las puestas y los corazones,
Te alcanzo mi mano, me alcanzas tu mano,
La mano tendida que en gesto sincero
Pensando en la patria, te da un compañero,
Es mano callosa, pero es mano tierna,
Es mano amistosa, es mano fraterna.
Estrecha esa mano, dada con amor,
Que manos unidas, alcanzan el Sol"
RECORDEMOS COMPAÑEROS:
LA SOLUCION SOMOS TODOS
SIN RECONCILIACIÓN, NO HAY SOLUCIÓN
SINCEREMOS LA VIDA DEL PARTIDO
PRIMERO ARREGLEMOS LA CASA Y DESPUÉS ABRAMOS LAS PUERTAS PARA RECIBIR A TODOS LOS PERUANOS
NUNCA MÁS EL IMPERIO DE UN DEDO ARBITRARIO NI UNA RENOVACIÓN A LA MEDIDA
FRATERNIDAD, FRATERNIDAD, FRATERNIDAD.

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