viernes, 22 de abril de 2011

INGENIERO CHORRES HABRÍA PLAGIADO ARTÍCULO SOBRE FUGA DE FUKUSHIMA

NOTA DEL DIRECTOR:  El ingeniero piurano Alejandro Chorres Cruz nos envió, para su publicación, un artículo alertando sobre la llegada de la radioactividad al mar peruano: http://rafemole-abcespacial.blogspot.com/2011/04/radioactividad-llegaria-al-mar-peruano.html. Sin embargo, el Lic. José Miguel Godos Curay nos acaba de remitir una copia del email enviado al "autor" del escrito en mención, haciendonos conocer que se trataría de un plagio. Además, le hace otras aclaraciones y nos alcanza el texto completo de lo "copiado" por el doctor Chorres. La carta de JMGC la reproducimos líneas abajo y desde ya le agradecemos su "descubrimiento".
    
Señor
ALEJANDRO CHORRES
Estimado amigo:

El titular del IPEN es el Dr. Federico Barreda cbarreda@ipen.gob.pe TF 224-898 La Bahía de Cárdenas no queda en Europa, sino en Cuba.www.fis.com
es la página que reune información mundial sobre productos hidrobiológicos y marinos. En donde de advertirse la contaminación se advertirá con una alerta planetaria.
Conviene una pertinente aclaración sobre las fuentes de información y el respeto a las referencias utilizadas en el artículo para evitar fiascos por apropiación de propiedad intelectual. El IPEN es una institución científica con opinión autorizada en materia de contaminación radioactiva y medidas de prevención. Caso contrario se incurre en alarmismo y la descalificación del autor.
El texto del artículo es  de la periodista española: Mª CARMEN CRUZ MARTÍN  y fue publicado el 15.03.2011 http://www.rtve.es/ 
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La fuga radiactiva en la central de Fukushima ha hecho saltar todas las alarmas sobre las consecuencias que conllevará en la salud de las personas, pues el Gobierno japonés ha reconocido que el escape puede causar daños graves en la población, como el desarrollo de varios tipos de cáncer. Pero además, los expertos temen que también puede llegar a la cadena alimentaria.
No sólo el peligro de la radiactividad está en inhalarlo a través de los pulmones, sino que también es posible que llegue a los alimentos si llueve.
En este caso, las precipitaciones harían que "la radiactividad contaminara el suelo y el agua, con lo que afectaría a los animales también y a las cosechas", explica Rafael Herranz, jefe del servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

¿Cuál es el impacto en la salud?

Cuanto mayor sea el nivel de radiación, y mayor el tiempo de exposición, mayor es el riesgo, señalan los expertos. Los cánceres más comunes que se suelen desarrollar a largo plazo en estos casos son los de tiroides, de huesos o leucemia.
La radiactividad provoca que se rompan los vínculos entre los átomos y las moléculas que forman nuestro tejidos. En este punto, el cuerpo responde intentando reparar el daño, pero a veces es tan severo que es imposible. Las zonas más vulnerables del cuerpo son las células que recubren el intestino y el estómago, así como los glóbulos que producen células en la médula espinal.
El riesgo de cáncer es mayor a largo plazo. Normalmente cuando las células alcanza su fecha de caducidad, mueren, pero con el cáncer las células pierden esa facultad y continúan dividiéndose de manera incontrolada.
Además del cáncer, la radiactividad es peligrosa porque puede provocar también cambios o mutaciones en el ADN que luego pueden provocar cáncer. Además, estas alteraciones podrían heredarlas los hijos, lo que llevaría a deformidades en generaciones futuras, como puede ser cabezas o cerebros más pequeños, ojos pobremente formados, lento crecimiento o dificultades en el aprendizaje.

Síntomas inmediatos

La exposición a la radiación puede provocar diferentes síntomas, según los expertos. Los más inmediatos, horas después, son las náuseas y los vómitos, que luego pueden ser seguidos por diarrea, dolores de cabeza y fiebre.
Pasado un tiempo, los síntomas remiten y aparentemente no hay enfermedad. Sin embargo, pasadas unas semanas aparecen otros síntomas más serios de daños internos en órganos.
También afecta a la reproducción. En este caso, afecta más a las mujeres que a los hombres, porque los espermatozoides se regeneran cada 90 días, mientras que los óvulos están en los ovarios toda la vida.

Riesgos en la población infantil

Sin embargio, el colectivo más vulnerable son los niños y los fetos, ya que ellos están en fase de crecimiento, y sus células se están dividiendo continuamente.
Mientras el cuerpo humano puede reparar las alteraciones en el ADN, solo si estas reparaciones se producen más rápidamente que lo que tardan las células mutadas en replicarse, la persona estaría a salvo.
En el caso de los menores, sus células se multiplican a un ritmo más rápido que en los adultos, por lo que los expertos coinciden en que el riesgo es mayor.

Cómo tratar la radiactividad

Para tratar de evitar la radiactividad hay dos medidas: la evacuación y la toma de yodo. En este sentido, según el doctor Herranz, "Japón ha reaccionado muy bien y está llevando a cabo las medidas que se establecen en estos casos: evacuación y profilaxis".
Los expertos coinciden en que la administración de yodo potásico es la mejor manera de paliar los efectos de la radiactividad en la población, pues hace que aumente la producción de glóbulos blancos para contrarrestar el daño que puede producirse en la médula espinal, con lo que se reduce a su vez, que se produzcan otras infecciones mayores.
Herranz advierte que "hay que mantener esas normas al menos durante cinco días, aunque depende de la radiación y de la edad de las personas".
Para prevenir la contaminación radiactiva, las autoridades japonesas han aconsejado a la población que desechen sus ropas y zapatos y que se laven su piel con detergente y agua. 

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