martes, 6 de julio de 2010

PROEZA CHARRUA EN EL MUINDIAL DE SUDAFRICA 2010

Por: Dr. Martín Nizama Valladolid*
Introducción
El viernes 02 de Julio último, en el estadio Soccer City de la ciudad de Johannesburgo, en el marco del XIX Campeonato Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, ante más de 84 mil asombrados espectadores, la gloriosa camiseta celeste de Uruguay se reencontró con su legendaria historia, tras 40 años de descontinuación de esa estela mítica. En un partido dramático y épico de comienzo a fin, Uruguay eliminó a Ghana, único representante de África, por 4 a 2 en la tanda de penales, luego de que en los 90 minutos reglamentarios y los subsiguientes 30 minutos suplementarios, el partido acabara empatado 1 a 1, lo cual muestra la equiparidad de ambas selecciones durante el fantástico encuentro. Con este triunfo heróico Uruguay pasó a la semifinal en la disputa de la copa FIFA, donde se enfrentará a la selección de Holanda, en un partido que será otra historia a realizarse el 06 de Julio en Ciudad del Cabo.
Uruguay es un pequeño país oriental de apenas tres millones de habitantes que viven orgullosos de su gloriosa historia futbolística. Uruguay es el único país de América presente en la semifinal, tras haber clasificado con mucho sufrimiento en las eliminatorias mundialistas, ocupando el quinto cupo del grupo de América, merced al repechaje. Para muchos, el equipo oriental acudía al mundial sólo a cumplir un papel digno en el magno evento, sin figurar para nada como candidato al título. Hoy, Uruguay está entre los cuatro mejores equipos del Mundial de Sudáfrica, luego de la estrepitosa eliminación de Brasil y Argentina, grandes favoritos al título. Los charrúas llegaron humildemente, sin estridencia ni grandes estrellas futbolísticas y se están llenando de gloria. Así fueron siempre cuando lograron sus grandes triunfos. En cambio, las megaestrellas Messi, Ronaldo y Kaká, retornaron a casa, tristes y con las manos vacías.
Seguramente, el escritor uruguayo Eduardo Galeano hará la apología de esta nueva gesta heróica de los charrúas. Él es un apasionado del fútbol que siempre otea con su pluma este deporte de la picardía, que cautiva a las masas y une a los pueblos.

Motivación
Luego del infartante partido con Ghana, el entrenador de la selección uruguaya, Oscar Washington Tabárez, comunicó a la prensa internacional que “algo nos empuja”, refiriéndose al fuego motivador que impulsa a sus héroes en esta magna competencia. Ese “algo” es la fuerza de la mítica historia del fútbol uruguayo que ha sido trasmitida a través de generaciones y que no se perdió nunca; aún en las circunstancias más aciagas por las que ha pasado el fútbol de ese país hermano. He ahí el origen de la jerarquía y clase del futbolista uruguayo cuando viste la camiseta celeste. La tradición futbolística del fútbol en el Uruguay se consustancia con lo más profundo de la identidad nacional del pueblo charrúa: orgullo, grandeza, coraje y mística, cuyas fuentes más prolíficas e ilustres son los clásicos rivales porteños, Nacional y Peñarol, también poseedores de sendos títulos internacionales en la Copa Libertadores y en la Copa Intercontinental.

Antecedentes Históricos
La estirpe del fútbol uruguayo se fundamenta en los títulos obtenidos tanto en el ámbito mundial como en el continental.
Fue el primer equipo de América en lograr ser bicampeón en los Juegos Olímpicos, ambos títulos logrados en Europa: París, 1924 y Ámsterdam, 1928; época en que aún no existían los campeonatos mundiales y los Juegos Olímpicos eran equivalentes a los actuales campeonatos del mundo. Por ello, los uruguayos, con toda razón se consideran así mismos tetracampeones mundiales.
En 1930, la FIFA organizó el primer campeonato mundial de fútbol cuya sede fue Uruguay. La final tuvo lugar en el mítico estadio Centenario de Montevideo donde Uruguay se coronó primer campeón mundial al vencer a Argentina por 4 a 2 en una final dramática. El héroe de esa epopeya fue el capitán del equipo celeste, José Nazasi.
El 16 de junio de 1950, en el célebre “maracanazo”, sin que nadie lo imagine posible, Uruguay le arrebató a Brasil el título de Campeón Mundial, ganándole la final por 2 a 1 con goles de “Pepe” Schiaffino y Alcides Gigghia. Esa gesta inigualable de Uruguay ocurrió ante más de 203, 849 espectadores que ese día atiborraron el estadio Maracaná de Río de Janeiro, de los cuales solamente 100 eran uruguayos. El equipo brasileño era una mortífera máquina goleadora, tenía el mejor goleador del mundial, Ademir; la delantera más goleadora y sólo le bastaba el empate para coronarse campeón. El primer tiempo había terminado empatado 0 a 0, los uruguayos supieron resistir. Brasil adelantó el marcador por intermedio de Friaca a los 17 minutos del segundo tiempo. Uruguay aquietó el partido empató y finalmente venció a los dueños de casa con anotación de Gigghia, 11 minutos antes de la finalización del encuentro. Ese día Brasil sufrió una humillación en casa y el pueblo vivió un duelo que demoró varios años en superarlo. El “Negro Jefe” Obdulio Varela fue el gran capitán que condujo a Uruguay a la obtención de su segundo título mundial. El solo enmudeció el Maracaná al coger la pelota tras el gol de Friaca e ir pausadamente a reclamar al árbitro una inexistente posición adelantada de Friaca, con lo cual paralizó el partido por 5 minutos y logró enfriar a los brasileños a quienes los uruguayos no le tuvieron miedo en ningún momento.
En 1980, Uruguay se coronó campeón de la Copa de Oro de Campeones Mundiales (Mundialito), organizado por la FIFA para conmemorar el cincuentenario de los campeonatos mundiales que se iniciaron en 1930. El certamen tuvo como escenario el histórico estadio Centenario de Montevideo y concurrieron los ex-campeones mundiales con excepción de Inglaterra.
En el plano continental, Uruguay ha obtenido 14 títulos de Copa América; el mismo número que Argentina, su clásico rival, contra 08 logrados por Brasil en esta antigua competencia nacida en 1916.
Fiel a esta gloriosa historia, el futbolista uruguayo Sebastián Abreu, refiriéndose al próximo duelo con Holanda dijo, “la historia lo manda. Queremos seguir soñando”.

La Garra Charrúa
El reconocido coraje del futbolista uruguayo denominado la garra charrúa fue patentada en 1930 por el “Mariscal” José Nazasi en la gran final del primer campeonato mundial en el estadio Centenario. Los argentinos tenían un equipo extraordinario y joven liderado por Luis Monti; en cambio los uruguayos un tanto envejecidos, estaban agotados por el esfuerzo desplegado en el primer tiempo ante los hábiles argentinos, que iban ganando el cotejo por 2 a 1, al finalizar el primer tiempo. En el descanso, Nazasi arengó a sus compañeros levantándoles la moral, para que en el segundo tiempo dieran todo de sí, por el honor de sus familias y el orgullo de ser los campeones olímpicos, instándolos a vencer. Y, así fue. Uruguay, haciendo un esfuerzo sobrehumano empató el partido y finalmente lo ganó por 4 a 2. Así nació la mítica garra uruguaya y su inquebrantable mística de no rendirse nunca. Vencieron a un rival superior, con fuerza, pundonor y estoicismo.
En la gesta del “maracanazo” de la Copa del Mundo en 1950, el “Negro Jefe”, capitán y líder del equipo celeste, Obdulio Varela, exhortó a sus compañeros diciéndoles, “habremos cumplido sólo si salimos campeones”. Y derrotaron a los brasileños en su propia casa.

Jugadores Históricos
Uruguay es cuna de jugadores de estirpe, los cuales brillaron en la selección celeste y en los mejores equipos del mundo a través de los tiempos. Por ello, son los paradigmas de las nuevas generaciones de futbolistas orientales. A continuación sólo se mencionan algunos de ellos: Héctor Scarone, José Nazasi, Leandro Andrade, Héctor “Manco” Castro, Pedro “Perucho” Petrone, Miguel Andreolo, Rodríguez Andrade, Obdulio Varela, Roque Gastón Máspoli, Omar “Cotorra” Míguez, “Pepe” Schiaffino, Walter Gómez, José Santa María, “Tito” Goncálves, Luis Cubilla, Pedro Virgilio Rocha, Fernando Morena, Rubén Paz, Rubén Sosa, Antonio Alzamendi, Enzo Francéscoli, Álvaro Recoba, Paolo Montero, Fernando Muslera, Diego Forlán, Diego Lugano y Luis Suárez.

Triunfo Épico
El triunfo uruguayo ante Ghana fue épico, fantástico e increíble. Emocionante, vibrante y dramático en grado superlativo. Premonitoriamente, los titulares de la prensa internacional sentenciaron ese día, horas antes del histórico encuentro: “Uruguay contra África”. Y así fue. Desde el inicio el partido fue duramente disputado, de ida y vuelta como denominan los relatores de los partidos. Los dos con equipos sólidos, disciplinados y bien organizados. Por su lado, los africanos con su velocidad, destreza y físico admirable, y los sudamericanos con su técnica, garra y mística épica. Tenían un tridente mortífero adelante: Forlán, Cavani y Suárez; mientras que atrás se batían heróicamente Muslera, Lugano, Fucile y Pérez en la contención del feroz ataque africano. El primer tiempo fenecía en esta lucha titánica de igual a igual; y en la última jugada, a los 45 minutos, Muntari sorprendió al guardameta uruguayo con un potente disparo de 30 metros: 1 a 0 a favor de Ghana y así fueron al descanso. En el esfuerzo titánico del primer tiempo, el gran zaguero Lugano se lesionó y tuvo que abandonar el campo de juego, siendo reemplazado por Andrés Scotti, quien no hizo sentir la ausencia del capitán celeste. El público asistente al estadio y la teleaudiencia mundial estaban espectando el partido más dramático y emocionante de Sudáfrica 2010.
Con su clásica mística los uruguayos creyeron en sí mismos, se tuvieron fe y salieron al segundo tiempo dispuestos a cumplir su irrenunciable objetivo: lograr la hazaña de seguir en la competencia. Ya en el segundo tiempo, a los 10 minutos, Forlán empató el partido al ejecutar con soberbia y maestría un tiro libre de media distancia que no pudo contener el portero ganés Kingson: 1 a 1 continuó el partido. Este empate se mantuvo inamovible durante el resto del segundo tiempo y en los 30 minutos suplementarios. Los uruguayos resistieron la implacable presión africana con ese corazón invencible con el cual han logrado sus proezas a través de la historia.
Nuevamente, en la última jugada del segundo tiempo, Ghana atacó con todas sus fuerzas, arrinconando a los celestes en su arco. Entonces, se generó una dramática pelotera en el pórtico uruguayo. En la acción final de ese angustiante episodio, en la línea de gol, cabezeó el ganés Adiyiah y era gol seguro. Mas, providencialmente, Luis Suárez fungiendo de arquero atrapó la pelota con las manos e impidió que ingrese al arco. El gol hubiese sido el triunfo ganés y la eliminación uruguaya. El árbitro sancionó penal y sacó la tarjeta roja al uruguayo expulsándolo del Mundial. Suárez se sacrificó en aras de su gloriosa camiseta. Salía totalmente abatido del campo de juego, cuando el goleador Asamoah Gyan, ejecutor de la pena máxima, estrelló la pelota contra el travesaño y falló el penal. Suárez, de su dolorosa tristeza pasó a la incontenible euforia. Acabado el partido, en la ejecución de penales, salió a relucir la mayor experiencia, serenidad y el tradicional temple de los uruguayos. Fallaron, por Ghana, Mensah y Adiyiah, el portero Muslera les atajó sus disparos y por Uruguay, Maximiliano Pereyra, cuyo disparo salió por encima del travesaño. El último penal lo ejecutó con singular maestría el “loco” Abreu, picando la pelota suavemente hacia la izquierda del guardameta Kingson, que se tiró al lado contrario. La gloriosa celeste ganó por 4 a 2 y pasó a la semifinal por méritos propios. Y estalló la apoteosis uruguaya. La mano salvadora del delantero charrúa ha sido etiquetada por los críticos del fútbol y por el público como la “mano celestial” o “mano de Dios”, versión Suárez.

Los Protagonistas
Todos los integrantes del equipo uruguayo que jugaron son los responsables de la gran hazaña charrúa. Sin embargo la crítica internacional, valora como héroes sobresalientes de esta nueva gesta celeste al portero Muslera, al zaguero Lugano, al mediocampista Pérez, a los delanteros Forlán y Suárez; así como al DT Tabárez por su sabiduría en el planteamiento táctico del partido, los cambios oportunos que realizó y el uso estratégico de las individualidades en las diversas circunstancias del encuentro. Enseñó a sus dirigidos a jugar en equipo, con disciplina y a no recurrir a la violencia artera, un defecto del fútbol uruguayo. Todo un maestro del fútbol.

Celebración del Pueblo Uruguayo
Esta nueva epopeya de la selección charrúa impactó profundamente en el pueblo uruguayo y latinoamericano. En Uruguay, la gente salió a las calles de Montevideo, Maldonado, Punta del Este y de todas las urbes del país platense a celebrar su triunfo, después de 40 años de sequía en éxitos deportivos relevantes a nivel de selección. El fútbol es una pasión que define la identidad de los uruguayos, al igual que los argentinos y brasileños.

Único Representante de América en la Final
Acabados los cuartos de final, sorpresivamente, Uruguay es el único representante de América en la justa mundial de fútbol. Fueron eliminados el súperfavorito Brasil; al igual que los otros favoritos Italia, Francia, Inglaterra y Argentina. Han pasado a la etapa semifinal, Alemania, Holanda, España y Uruguay. Uno de los cuatro se coronará Campeón Mundial Sudáfrica 2010 el 11 de Julio próximo. ¿Será Uruguay?

Ejemplo Deportivo
Para los peruanos está hazaña uruguaya debe enseñarnos que sin coraje, entrega ni compromiso muy poco o nada se puede aspirar. A la juventud, le debe servir de ejemplo esta proeza del fútbol charrúa, que al ponerse la camiseta cuando se visten los colores patrios, se debe proceder con integridad, honor y coraje en aras de los triunfos que tanta falta hacen al pueblo del Perú en aras de su autoestima como nación.

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Médico Psiquiatra. Experto en Adicciones. Doctor en Medicina. Profesor Principal de los Departamentos Académicos de Psiquiatría de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Ex-Director General Concursado del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi”. Director de la Clínica Nizama. Torre de Consultorios Clínica Anglo Americana. Alfredo Salazar 314, Of. 303. San Isidro. Telf.: 421-9939 Anexo. 430 y 433 (tardes). E-mail: maniva@terra.com.pe
Lima, 05 de Julio, 2010

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