jueves, 16 de abril de 2009

"LA CORRUPCION TIEMBLA, CUANDO EL PERIODISMO INFORMA"

Raúl Fernando Moscol León -RAFEMOLE-, sammiguelino, ejerce el periodismo hace 40 años. Empezó en el desaparecido diario La Tarde y trabajó después en Correo de Piura, Perú. Ha dirigido las revistas ¿Qué pasa en la ciudad? y Ahora. Actualmente publica ABC. Es ingeniero industrial y también profesor del Colegio Nacional Mixto Miguel Cortés del Castillo. Ha publicado diez libros, entre ellos: La huelga de Nizama, JEMU -hombre de dos siglos-, Días con huellas, Reportaje a Satanás, Antes de Partir, Nacho vive!, etc.

La siguiente es una entrevista publicada en la página dos del diario Correo de Piura, el lunes 13 de abril del 2009.

Por: NILO VILELA

Don Rafemole: Cuarenta años después, ¿el periodismo es el mismo?.
El periodismo avanza, a la par que el desarrollo tecnológico e informático. Ya no es el periodismo de los tiempos heroicos: de la máquina de escribir, del plomo y la rotativa, pero el periodismo sigue cumpliendo su verdadero rol: orienta a la opinión pública y hace temblar a la corrupción.
Pero, de verdad:hace temblar a la corrupción?
Eso nadie lo discute y por eso hoy, no solo forma opinión, sino que la corrupción tiembla cuando el periodismo empieza a desnudar a quienes se ponen al margen de la ley. Cuántos casos! permanecerían en el olvido sino tuviéramos periodistas valientes, audaces y sobre todo, comprometidos con la verdad y nada más que la verdad, valor que a muchos los pone sobre la espada y la pared, porque son amenazados de muerte y hasta les instauran juicios para amordazarlos, con el fin de que no busquen la verdad de los hechos delictivos de los gánsters, como aquellos de antaño que actuaban con cuello y corbata.
Hablenos de algunos casos.

Tenemos el caso del "Chino Yep", quien asoló la ciudad desapareciendo los mejores carros de la época... Nadie pudo dar con el autor de la muerte del radiotécnico Julio Díaz, ni esclarecer del todo la desaparición del avionero José “Pepe” Abad, en Talara. Marcaron época, también, el caso del Capitán Javier Moreno Borda que atropelló y mató al empleado edil Lucio Benites Carbajal; el de Raúl “Puchito” Noé Soria, que pese a implorar inocencia, se le acusó de asesinar a Enrique Guzmán Vega en 1963 y otro sobre la disputa de la tenencia del niño Miguelito Seminario por una millonaria herencia, allá por 1960.
O sea que: así como hoy, ¿no había seguridad ciudadana.
Existía el policía de la esquina que imponía respeto, actuaba como medio disuasivo y estaba presto a socorrer a quien solicitaba su ayuda. Esto ya paso a la historia. Policías solo hay para perseguir choferes, mientras que los ladrones se pasean como Pedro en su casa y prueba de ello, son los titulares de la gran mayoría de periódicos que circulan en Piura.
Y, ¿qué deben hacer las autoridades?
Las autoridades -llámense policías, poder judicial, alcaldesa, regidores, ronderos, consejeros, sociedad civil- deben unir esfuerzos para combatir el crimen organizado desde su raíz. Los custodios del orden saben dónde están los ladrones, pero no los capturan. De repente, hay que volver a la época de la recompensa, como en el lejano oeste, para erradicar a la gente de mal vivir que roba, asalta y mata impunemente a muchísimo inocente. O no?

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