domingo, 7 de noviembre de 2010

SERENOS DE SURQUILLO FUERON DEGOLLADOS PORQUE IDENTIFICARON A EX COLEGAS

7 NOVIEMBRE 2010
LIMA. Los tres serenos de la Municipalidad de Surquillo fueron degollados el 29 de octubre por sus ex compañeros que ingresaron a robar la caja fuerte donde se guardaban los sueldos mensuales de los trabajadores en un afán por no ser identificados ni delatados al no poder abrirla.
En los horrendos crímenes participaron Humberto Luis Suárez Adrianzén (24), el trabajador que abrió la puerta del concejo a los asesinos y el ex sereno Juan Alfredo Rivera Orbegozo (46), quien fue reconocido por una empleada de limpieza de la municipalidad en las afueras del local edilicio, la madrugada de ese día, después de los asesinatos.
También participaron los dos hermanos maternos del primero, Víctor Enrique Villanueva Adrianzén y William Quijandría Adrianzén , quienes son delincuentes prontuariados cuyos paraderos se desconocen.
A esta conclusión llegó la División de Homicidios de la PNP que ayer puso a disposición del Ministerio Público a Suárez y Rivera por homicidio calificado.
FINGIÓ GOLPIZA
En las investigaciones, se estableció que Suárez fingió haber sido golpeado y dejado inconsciente por los criminales quienes lo dejaron vivo y ni siquiera lo amordazaron o maniataron para evitar que avisara a la PNP .
"El móvil fue el robo de la caja fuerte de la tesorería y para tal fin llevaron un equipo autógeno de soldadura, pero no pudieron fundir la puerta de metal ferroso porque la hora les ganó", señaló el general PNP César Guardia Vásquez, jefe de la Dirincri.
Días antes, el 24 de octubre, Suárez había ingresado a la bóveda para cobrar un vale y vio los fajos de billetes cuando la caja fuerte estaba abierta, según advirtió el subgerente de tesorería.
Además Suárez tenía sangre de las víctimas en sus manos, ropa y botas, lo cual lo incrimina.
SEPA MÁS
Días antes del frustrado robo, Juan Rivera acudió al concejo para observar dónde se ubicaba la tesorería.
Los asesinos sabían que las cámaras de seguridad se desactivaban en el interior y exterior de la municipalidad.
A cada uno le espera una condena de 30 años de cárcel por homicidio calificado.

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